miércoles, 30 de septiembre de 2009

Blanca ciudad

Como un altazor blanco
así imagino su apremiante vuelo:
Usted desmorona versos
y me unge con su encanto
la policromía de su universalidad.

Yo bailo un-dos-tres, un-dos-tres
y siento pertenecer a otro ritmo
uno lento, casi como de blanca ciudad.

Cómo puede ser tan ciego un músculo
una sustancia cerebral
y qué magnificencias resultan
de su equívoco:
volvería a enamorarme
si tan solo se pudiera el tiempo recortar
y dejar lo que emerge
como premio a mi propia poesía.

La batalla campal terminó

Sonreímos.
Yo me acordé cuando fuiste mi todo
piedra multicolor
rebelde sin tiempo.
Y hasta el primero de noviembre
me supo al sabor de tu loción;
nadie me dijo que después de esa noche
no habrían más besos.

La batalla campal terminó:
hay demasiado fango para atravesarlo
y decirte que si te vuelvo a ver
igual te devolvería la llave
de mi apartamento ventricular izquierdo
y no porque seas más mi yang
sino porque fuiste lo mejor de septiembre
uno de hace un par de años.

Seguimos caminando
el saludo se repitió
y las nubes bajaron como etéreas
felices de verme tranquila al fin.

Jugar a ser orquídea

Jugar a ser orquídea
una amarilla
feliz.
Fingir la libertad
en un puñito calado.

Jugar a ser primavera
pensar que se pisa un suelo sur del planeta
decir sí y llamar a euforia
Jugar a construir la historia
mientras se es orquídea
una amarilla y feliz.

Aunque todos sepamos que no es así.

Ausentísimo maíz

Despertarse
diluirse en un vaso de aspirina
la lengua con sabor a ketorolaco.
Mirar la situación ambiental:
el mundo no es esto
hay muros más locos aún.

Atravesar con la pluma afilada
toda posibilidad de dispersión del yin:
isolated chip
es isla, idiota, no nave.

Jugaremos a que soy abril
y las consecuencias no ameritan
del sentido ínfimo de la palabra sol
en la piel que ya no siente, siente nada.

Arrojaremos todo plan futuro:
Eros debe estar algo preocupado
tal vez muerto, andavete.

Moveremos las aspas
hasta moler las expresiones
y ser cara en blanco
-no, en gris, el blanco siempre es punto de ataque-
cerca al ras del piso te tambaleas llano, infértil.

No es necesario danzarte con la palabra.
Basta con diluirse en algo
los brazos de Penélope, verbigracia
adiós extranjero, pálido, muy egocéntrico
en tierras de importadísimo, ausentísimo
maíz.

Flashazo, click

Flashazo, click
apártate de la mesa
encubre ese pecado capital
entre frases que llaman a la inercia;

es el destino de todo egresado
lamentar el talento en la cesta
bolita de papel que masticas
porque ni para los chicles traes.

Juro que mi suerte no es por bonita.
Porque ni siquiera bonita soy al fin.

Empiezo a pensar
que la vida en estos momentos lares
es algo así como jugar a las canicas:
se trata de avasallar
pero sin dejar de reír.

martes, 29 de septiembre de 2009

Bandera

Rodearon mi cuerpo blando
yo callé
vi cómo el agua rodaba sobre sus hombros.
Me descubrí
soy inocente de muchas cosas
culpable de tantas otras
y vulnerable ciento por ciento.

La bandera estaba en el suelo
todos lloramos silencio
mientras una media luna
nos sostenía.

Creo que mis piernas
vuelven a funcionar.





Para mis amigos de letras,
mis hijos postizos.
La razón de mi existencia en ese lugar.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Toc-toc

Toc-toc:
tocan mi puerta
sus versos navegantes
y yo lo imagino
mi amigo, mi poeta de cabecera,
mi compañero, mi maestro
mi interlocutor
y algo más
que este desenfado
de declararlo
mi más profundo y sincero
amor platónico.

Pastos de Turín

Miré los pastos de Turín
1-0 a favor del equipo local.

El verde que se abría amplio
como las raíces del viento
de cada recuerdo adscrito
uno a uno de mis cabellos
me hizo entender
que el oro de otoño
debió sembrar uno que otro crepitante verso...

y Calígula con su panza
todo lo mandó enterrar
y Nerón con su andanza
el loro del latín vulgar
plantó en tierra vecina.

Ábrete, otoño,
algo me dice
que cosas buenas podrías hacer
en mi olvidada ciudad.

(Traerme a Del Piero, por ejemplo...
-fin de la metáfora
y de la emulación a la producción de la abeja).

Epígrafe para el poema de alguien más

Epígrafe para el poema
de alguien más:
la poesía se canta,
se llora, se arrulla
y se mata.

Hágame el favor
de cantar la prosa,
hacer con ella
la canasta más exquisita
casi lindando sus caderas
con la mujer que es toda mía
porque es mi diosa
y también es mi dualidad.

Y a los poetas
no volver a juzgar.

Entrego mi silencio

If it be your will
then I'll speak no more...


-Leonard Cohen

Le regalo mis silencios al vaso precioso
continente de aquello que carezco
y tal vez lo amo más.

El cuarenta y tantos por ciento
de mi completud interna
-esa cara marchita con cloasma en las mejillas
cloasma de bofetada de abril, de julio,
de septiembre, de invierno perenne
sin navidad-
esa parte amable por ser rudeza y selva cantada
parte sur de mi almohada
la mano ausente en mi cabeza
a la hora de llorar.

Entrego mi silencio porque ya es costumbre
hacer de mi presencia una ofrenda
-prehispánica, sincretismo o cursilería extrema
no me importa definirla-:
mi presencia sufre en su tierra
porque el hielo arrecia
y yo debo mantener la inercia
de cantar y cantar y cantar.

Arreglo y visto mi silencio para una fiesta
se le llama vida, oigan mi corazón
estallar.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Los pendientes son algo más

Los pendientes son algo más
que hermosos adornos
en las orejas.

Son ojeras, jueguito de feisbuk,
altero de libros
y muchos planes para recordar
que no quiero recordar.

También son unas barbas
que andan por ahí
haciéndome remolinos de besos.

Descripción dominical (ladrillo)

Hay algo que desdobla la pared:
imagen purpúrea
poder magenta, quitamanchas etéreo
Alaska y Tarzán cohabitan
mientras el barrio se viste
de blanco dominical.

Eso que desdobla no eres tú
tú eres el ladrillo de este muro.

Plan dominical I

Destapar el misterio
sentir como niño
mirarse como un niño
alejarse de todo dolor y tiempo
de un ardid dominical.

Quería libertad

Quería libertad desde muy chiquita
yo no sabía que obtenerla
costara dos vidas en soledad.

La gente se aglomera
porque está encarcelada
maldita sea su realidad gregaria
atreverme a cruzar de nuevo el umbral
pasarla bien, ajustarme los relojes
creer que puedo y sé fingir...

Yo no me atrevería a tanto
vamos, la osadía nunca fue mi fuerte.

Todo pasa

Al final todo pasa:
no hay manos para hacer volantín
y la tristeza cuaja más rápido
que una Jell-o de quinta generación.

Los sábados son grises
más si la tiza quiere pintar magenta o violeta
y sale monocromática
como el resto del salón agendado
en la palma de mis manos
en la lavadora que pide a gritos
que ya no me levante más.

Este sueño

Soñé que era importante
y tu vida me abrazaba.
Que llegabas y cantabas una sonrisa
luego platicabas y reacomodabas la casa.
Yo tenía el cabello largo
me sentía fulgor de yin en el estrellato
y tu hombría, tus manos,
esa voz que oí dos veces
y todas las noches le llamo
hacían el resto para iluminar mi día
a pesar de afuera haber lodo y charcos.

Al girar la cabeza
ya era de nuevo septiembre:
la ventana sudaba melancolía
y algo de frustración.

Moscas

Moscas. Las hay por montones
desde la taxonomía del funeral
hasta el cerco sanitario que no cerca nada.

Son de colores, todas son ojos y no alas
materialización de las maldiciones diarias
el ego arriba, el silencio es un emparedado
y la soledad el ejemplo del estupor.

Anónimo sacando la cabeza por el tren nocturno de la vida
es tan valiente para vivir que no se la taja
de un sablazo.

Leí un libro extraño a los catorce
todo era puros indicios.
Las langostas, la lluvia de sangre
los sapos y las piedras.

Cuando hablaba de las moscas
decía que la muerte
andaba cerca.

La ciudad tiene un velo de estrellitas negras
a mi vista asqueroso.

No me crea tan sola

No me crea tan sola
platico con la silueta que dibuja la silla
a eso de la segunda vigilia de los romanos
danzo con los libros a medias
los envueltos para no ser regalados
-como los suyos, sus poemarios-
los adoptados, los prestados, los comprados;

y tengo presente su dialéctica
muy dentro mío
adónde, no sabría exponerle
esto es un poema
-un intento de-
no un croquis de mi interior.

También tengo un sonido raro
que me habla de un cielo callado
de tanto ruido cantado, de tanto oír su voz.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Viernes burgués

A la salud de los enfermos,
diría Gelman y lo tengo aquí
como recién horneado
todavía guardo flashazos
y eso que morí ahí.

Y ahora, el equipaje suelto
la valija descosida
flota como pescadito chino
y nada importa ya.

Felicidad de viernes burgués,
que le llaman.

Esta tarde sabe

Todo pasa
ahora que soy joven y policromática
quiero decir lo que es mío
la sinceridad en el discurso
antes que morir en el anverso
de la revista que no soy
de la solapa del libro que no he vendido
porque resulta que la poesía no vende
y yo tampoco vendo el corazón.

Así que lo que he amado
a todo el mundo se lo he dicho.
Le tocó la mala suerte, mi estimado,
ya me volveré anciana un día
y el sentimiento será este poema
y la sonrisa de haberlo vivido, nomás.

Esta tarde sabe a su boca
y jamás la he probado.

Magra noche

La disculpa es un adiós
en la boca de un caballero.
Entiendo el disgusto
andar crispado como los gatos
con una lunática que busca lobos.

Al menos eso parezco.

Hoy por la noche
grité el nombre de mi padre.
Luego recordé que el mío decidió no serlo.
Llamé a mi abuelo.
Y ambos estaban muertos.

Llamé al amor de mi vida
la primera de todas.
Llamé a mi guía, ahora mudo y tuerto
bote de aluminio que es un pedestal.
El segundo amor.
Llamé su nombre
el tercero y último.

Flashazo flechazo
olvídese de su nombre:
tal vez su cerebro,
tal vez su cuerpo, sus canas,
su porte, su voz.
Su mano amiga, su silencio que duele.

Ninguno contestó.

El yang a veces sale prohibido
para ciertos linajes.
Y yo, después de esta magra, magrísima noche
me he dado cuenta del mío.

Una ola arrastra con la esencia de mi cara
sucede que todos juegan a interpretarme
de quimera a estorbo
no hay punto intermedio
no hay punto en la i.

Y yo juego a perderme.

Esta hora, una que se alarga como mis medias
duró una eternidad
gracias por este lugar escrito.
Le dejo este enorme y atemporal beso.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Reunión

Afuera hay reunión
una de encopetados siderales
con vinos tintos de tercera.

Traigo mi morral de arcoiris
mal momento para pensar
en ir a mear.

Mala distribución del WC
en este lugar.

Y ni siquiera traigo cepillo ideal.

El poema es mío

Rezongar, la bandera del oprimido
encender la cola-mecha del dragón diminuto
tantas vociferaciones no llegaría a Leviathan.

Bandera roja para este jueves
un hálito de paz somete cualquier imperio
uno de papeles, burocráticos adefesios
la luna no es para el hermeneuta
la luna es para recitar.

El poema es mío
hoy hay minirevolución por un día
hoy me gano con la palma sangrante esclava de los dientes de mis uñas
mi minuto de libertad.

Y que todo el mundo se cimbre
acá hay pedrada, se acabó la obediencia
guerra, el silencio que se entrega.

El poema es mío.

Tetrabrick

A qué horas la cena, no lo sé
pero a mí se me ocurriría pensar
que después de la batalla que coloca nuestras fichas
frente al reto -valor diez puntos del juego del niño dios mimado-
de transitar del gris asfalto
al barro casa -bloque casa, teja casa, motel o condominio,
la cosa es pensar en el hogar-
habría que platicar la manada
-las uvas en el yogurth para ser feliz
y cantar por las mañanas
creerse el comercial en el trono
mientras se lee la nacional-
quitarse el impermeable cubierto de babas
hacer el amor mirando el lunar de enfrente
sin que éste sea precisamente el espejo:
harina o maíz, cuchara o tenedor.
Bromear, sacar mis sapos y mis culebras a que les dé el fuego de la estufa
comer los tréboles de cuatro hojas
una que otra flor que se riega a la hora de dormir con tu presencia
de fuego blanco
y pensar en la posibilidad de un sí que cambie mi absurdo
a absoluto y válido.
Sacarle los mocos al del noticiario
los nuestros no, los suyos, los que le combinan
con la corbata italiana;
agarrar el pre-texto del libro reciente
enseñarle a la curvilínea de la tele
que yo sí soy feliz porque tengo esa piel
sobre mi cuerpo y en mi mente y en mi tic-tac
y ella sólo un labial indeleble.
Jugar a las cartas con la ropa
jugar memorama, perder los dos.
Planear la bomba a la mañana siguiente
ser la bomba frente a Selene,
olvidarse de la bomba, hervir el café
a las cinco de la mañana.
Reiniciar esa novela -ese tetrabrick
con empaque de aluminio sideral
de corte circular y con final abierto:
todos los días serían lo mismo
pero no frente a tus ojos, tus soldados negros,
los reacios, los irónicos, los verdaderos,
esos que yo amo, Señor Invento.

Mis tesoros

Para la próxima
repetiré feliz:
problema, no hay tal;
tengo tres tesoros: la juventud
la salud y la inteligencia.

Atrás la llaga de lesa pubertad
inocencia de la postadolescencia
reavivamiento de la palabra libertad
en la libreta del día de hoy
como la comida que se come después de los treinta
para checar tarjeta y pagarla al final de mes.

Tengo tres tesoros,
abajo la marginalidad, el margen ya no es de dos punto cinco
es de todos, y eso qué.
Qué azules son las bancas, qué sólidas las patas
del escritorio
la cátedra, la puerta de la directiva.

Levito mientras le evito el ISBN
de dos o tres ejemplares más.

Yo puedo, yo salgo, yo la hago:
tengo tres tesoros.

Es sólo que no sé si a su edad
yo los catafixie por una camioneta adherente
a mi idiosincracia
o por los pellejos resultantes de defender el pellejo
de la Libertad, la Utopía, la Igualdad...
esas putas que se pasean con usted de vez en cuando...

Enjuague bucal / Antipasto

¿Si tomas enjuague bucal
acaso las palabras se volverán nítidas
impolutas,
volverá la frescura a su centro radial?

Buche tras buche, la palabra no cambiaba:
grité dolor y se oía llaga
grité color y apareció la casa presidencial
grité coraje y aquello hedía
no fui emisora del verdor, de los pastos,
de la yerba fresca colina arriba en la que no he rodado desnuda;
no fui menta, hojita de eucalipto. Deucalión tal vez espera su turno
boleto mil en la mano. Nada más.
No hubo jarrita de barro ni agua que repare la úlcera.
El carro espera para cantar llanta-asfalto
has faltado tanto, que empiezo a delirar.

Antipasto, no burbuja ecológica.
Antipastos, hoy el hambre llega a los talones.
El antipasto es soluble en el enjuague bucal.
Lo soluble debería ser resolutivo
en contingencias de inteligencia especial,
a saber, la honestidad.

Olor

La pelota de la infancia
-fe, inocencia, estupidez infantil
marginación, la causa,
esa que llueve adentro
adentro no hay más casa-
la endurecida, negra pelota come deseos
te ha dejado como blanco
en día de feria y dardo para tirar.

Estás hueco.
Sucede que nadie está preparado para decirlo
es de mala suerte reconocer que nos vamos
apocalítptica charla de café
estar uno bien gracias, la mano del otro estrechar
ahí vamos, ahí dónde, ahí y no sé, ahí y ya.

Pasa que eres mascada y te mascas el cuento
te sabe a paja
te sabe a freno.
Otro día para reciclar.

No estás mal
no hay culpables, ya te lo he dicho:
la tierra está cambiando la vibra
esto va a tronar.

La nariz colectiva, la de la gente huelepalomasnegras
toca el filo otorrino de la muerte.
Todos callan
porque resulta que es el non plus ultra
que nadie quiere estrenar.

Vacío más vacío
es igual a cante hondo.
Yo te propongo
sostener el cántaro de nuestra agua de otros días
más violetas, más ñoños si prefieres,
transitar y cantar, amor, transitar y cantar.

martes, 22 de septiembre de 2009

El anverso

Yunque en la falda,
estoy cansada.
El furtivo furor
ahora yace bajo el suelo seco
asfalto, subterfugio y túnel:
no hay luz afuera de cada tantos.

Una caricia no es tan cara, caro
y los kilómetros no miden menos de mil metros.

Miden un día entero más
jugando ala-víbora de la mar
junto a varios autitos;

El montículo de gnosis
que agarro
y las otros dos que vomito.
No me da la gana mi cuerpo idea adaptar.

También miden rasgos en el anverso
de nuestras caras:
yo no sé adónde la mañana, caro,
si no la divido con Usted.

Equinoccio de Otoño

Equinoccio de Otoño
hay cuentas pendientes por poner
en la balanza
nuda justicia
libertad de prostíbulo.

Algún vendaje algún andamiaje algo
que le sirva de soga al ministro.

Y las bocas de dos generaciones
cantasen libertad y amor
al unísono.

Suerte

Suerte de pájaro con ramos de orquídeas en el pecho
ellos suelen volar
cantan, y no recitan verbos.

Suerte del león que sabe cuál es su reino
ruge, suele morder
y la paz se expande
entre los huecos del silencio.

Suerte de mi oscuridad morena
que halló su mano.
Suerte de mi oído que supo desmenuzar su desmenuzado canto:
Usted no canta, Usted es el canto mismo.

Suerte de ser lo que soy
y sonreír como idiota
entre tanto acto inhumano.

Suerte de tener ojos
y estas manos
suerte de ser algo boquifloja
y decirle que lo amo.

Monotrema

El todo fragmentado
el todo indispuesto,
poema monotrémico
a saber qué será eso
un sueño con un pájaro tajado
me lo expuso.

Todos afilan la espada
todos queriendo cortar cabeza...

Me escapo para releer la mano
de su letra:
todo sigue en mí,
Usted es mi corazón, mi canción y mi bandera
aunque no tenga país.

Y yo aunque no quiera saber
más nada de la patria
ni pretenda salvarla
de lo que no quiera salvarse ella
lo quiero así.

Usted sigue en pie de guerra
usted se confunde a esta hora del monotrema
justo al centro de mí.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Ultimadamente

Ultimadamente
todo es vulgo, si acaso holograma.
Ver el ojo de agua que sale de la lengua
cabuche predictor del futuro
mis palabras resuenan conforme aplastando hormigas
corrompidas del sistema
voy.

Si se ha de acabar todo
el todo no acabará conmigo.

Tentaciones

Agarrar las alas de mariposa
teñirlas en azabache molido
ponerlas a colgar en el buró
hasta que amanezca.

No despertarse sino hasta entrada la tarde
justo cuando ha de llover.

Ponerse en el zaguán
del más estúpido de los doctos
sembrarle el miedo
encender una grabadora para que recuerde
su infructífera, corrompida vida.

Matarlo sin tocarle un pelo.

Cantarle una tarantela como regalo.

Luego, quemar los restos de la ciudad
que erigió. Todo es ciencia, método, comprobación
estulticia en gráficos.
Da flojera escribir la palabra academia.

Hacer de los restos un pasaje de avión
irse a una gran ciudad invisible
ser visible dentro de ella,
callar las voces del qué dirán.

Picarle los ojos al lector estúpido
de cómics y fantasía comercial...

LLanta y asfalto

Todo es llanta y asfalto
charco, aceite que no ha de aparearse en él.

Canto elegías de no sé dónde
unas sin letras, pero muy antiguas;
me platican de mi silente falda
la dorada espina
esa letra punza por el cuerpo
ese rojo insurrecto
quiere bandera de su piel
y no soy caníbal.

Nada más me falta hacer metáfora
de la lágrima que sale
como delatando mi derrota furtiva.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Surco

Ardor de surco la espalda media, baja
qué clase de ardor
sentencia y rayo
fuego al frente abierto,
absorbe la luz y la convierte en sudor
imperfecto, cuasimatinal;

qué sueño de estertor
culebrea destino adentro, seco
y al mismo tiempo
lo incita a ser agua y hasta vital...

Verboide

Debería traerme más seguido
el oxígeno de su galaxia
acá todo se empantana
Usted hace milagros
con sus palabras.

El agradecimiento
no conoce de verboide aún.

Todo el día, toda la noche

Todo el día
toda la noche
pensando en la misma idea en el corazón.

Maldito Cronos
malditos kilómetros
maldito Eros
Malditos griegos

Inadaptada yo.

La jeta

La jeta es para los machos
usté niña, no debe llorar.
Aguante vara, la justicia
no llegará.


Y el coraje
ese mejor hágalo rendir
en el comal
en el comal.

Destino

Quién sabe si haya destino
donde no se entienda que hay
-o peor aún,
qué es eso.
La luz en el páramo
desde Usted,
eso sí existe y de sobra
para mi bien.

La Maquina del Tiempo II

La cantabas
y te juro que yo te imaginaré diez años más
como un supermán de la pensadera cantada.
Cansada.
Aplastada.

Qué lección macabra
nos dio la naturaleza:
mira que irse de copas con el sistema
mira que invitarte a pasar
a la Máquina del Tiempo...

Asiento VIP
el profeta del nopal rumbo a Andrómeda
exonerado de la guerra y la explotación;
la profecía no debió morir en la leyenda
nadie debió remitirse al cuento
de que fuiste sólo un rockanrolero.
Adónde la filosofía, ¿huapanguero?
¿Por qué ahora respiras asfalto y eres concreto?

La ventanilla es clara
las estrellas danzan desnudas
tú eres el dueño de Andrómeda
todos lo sabemos
todos te pagamos impuesto de paso
cuando queremos probar la libertad.


Para El Profeta del Nopal
porque sigue aquí

La Máquina del Tiempo

La Máquina del Tiempo te eligió...
tú sí estabas preparado
para oír el cuento feliz
tu final deseado después de tantos años
de no gloria conversa.

Acá, pues acá el fastidio se multiplica:
los muros cayeron,
ahora nos erigimos concretos en el feis
y nos sentimos astronautas oníricos
de un espacio virtual, inconsistente,
vigente madriguera, sueños azules que nunca se hacen realidad.

Unos piensan que eso es la libertad.
Tú y yo sabemos que no es cierto:
la proximidad geográfica se desvanece
todos queremos subirnos a la Máquina que te llevaste
y encima antes de tiempo.

Y todos nos preguntamos
quién fregados te hizo el favor
y por qué diantres te hizo caso.
Todos somos egoístas
tus seguidores somos egoístas
nadie es culpable de serlo:
nos aferramos a ti después de la hecatombe ideológica
o eres gadget o eres nadie.

A nadie nos gusta ser nadie.

Después del derrumbe
el disparo sideral te llevó por Andrómeda.
Y tú que te quejabas de la explotación
alguien te mandó explotar tus arterias
antes de tiempo.

Vagas por el infinito
la guerra se puso pudorosa
cuando le viste en paños menores.
Sólo los dioses chafos saben
por qué se llevan las canciones
y dejan las vejaciones.

Ya conoces la eternidad
ya saludas de mano a lo nuevo
y te pierdes en una extraña edad:
¿qué se siente tener por siempre
los mismos años bajo el concreto?


Para Rockdrigo.
In memoriam

viernes, 18 de septiembre de 2009

Una canción, doce canciones

Y nada:

resulta que hoy quiero abrirme
como el viejo sol que soy
-uno de anacreóntica belleza
y por decreto saturnino;
mostrarle la utopía que es mi bandera:
me gusta tener un motivo
para ser feliz.

Una canción, doce canciones
florecen al final de Estívalis
y el Otoño promete guardarle mi beso.

Yo me encargo del resto,
hombre transgresión, señor invento;

Quiero girar en mi eje y hacerme ver
como la sui géneris flor de mis primeros veinte
cuando mi mente y mi boca celebren
el que Usted viva en mí
y sin anunciarse previamente.

Allá afuera de mi maleza interior hay un parque sideral
todo suyo,
verdad que es
todo
suyo;

Salgamos a caminar las estrellas
oler las nubes, probar las lunas de las carreteras...

Emitiré su voz en mí.

Venció la línea de la horda (pero...)

Se me acabó el agua
de la pecera donde creía
que yo realmente era el Mar.

Venció la línea de la horda
siempre línea, siempre horda, siempre gorda
esa de la que pasas, paso
esa que se cree materialmente marginal
y ridículamente asesina.

Ellos son los que debieran morir.

Pero el sexo beso corazón deseo implícito
desde mi nombre para su presencia
desde este raro frenesí//
pero su arte poética filosofía aguda
mi conexión al universo que no encontraba

Eso se queda aquí
Eso palpita en mí.

Yo sólo les hago creer que fui derrota.

jueves, 17 de septiembre de 2009

También pertenezco al club del hommo videns



Cancionera
o poetisa
también pertenezco
al club
del hommo videns:

si le digo
que
su fotografía
incita
a
perder
la vía

comprendería
que
cincuenta y tantos
enamoran
muchísimo más
que la mitad correspondiente
a
mi
posición.

Qué clase

Qué clase de hipnotismo
genera su leve pluma de plata
arrogancia de lava que no fue
volcán a punto de erupción.

Qué clase de resistencia amiga
me deja a mi suerte
y para colmo vencida
el lugar común era verme sin suéter
ahora estoy desnuda
bajo su creación de Sol.

Qué clase de reajuste a la cara
la sonrisa es tesoro que no se malgasta
el acto místico y no solemne
es leerle su voz.

Qué clase de fémina enturbiada
se lava en su lava
y le entrega el corazón.

Qué clase de poetisa
se vuelve lo que soy
y sin coloridos reclamos.

Canta Sideria

Canta Sideria
hoy hay canto en Sideria.

Qué suerte de morado y verde ha sembrado

es de indiscutible ausencia
de conocimiento.

Danzar la tierra,
danzar el olvido,
danzar la Era

en que todo parece libre

y está como prohibido.

Danzar su cara,
danzar su cabeza,
danzarle a mi manera

los minutos
de mis caderas
que nadie toca
porque soy algo más que un jarrón.


Libro de buró -Rayuela

su verso -mi fuerza cinético-sideral

mi canción -el beso de todas mis bocas

que algún día le he de regalar.

Unas pilas

Regáleme la absolución
de su verbo.

Transito breve, en silencio
juro no perturbar su macrouniverso
con mi canción.

Ayer me sonó bofetada azul
el preotoñal verso
de mi planeta.

Un recuento de lo que soy
me llevan al Game is Over.
Yo fui más. Ya no soy casi nada.
Me rehúso a dispersar mis besos en tierra fresca.

Soy una guerrera, una muy cansada:
"Dignidad en la transición o no morir".
Debo recuperar el estatus quo.

Alimentar el cielo, recuperar el color
de la inesperada flor que aparece naranja
en la ventana.

Transmutarla en pensamiento y beso.
Destinatario Usted;
ya lo demás
cabe en un cuento de cinco cuartillas
o menos.

Pero esto es un poema

no quiero no ser
si dejo de sentir tic-tac, cumbia, Bach;
soy de pilas
unas tipo yang.

Y me lancé al vacío
como sólo las de mi estirpe
lo saben hacer:
harto ridículo, entregado, facilote corazón
en busca de otro par.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Caminaré la cancha vacía ayer,

Caminaré la cancha vacía ayer,
Cortázar. Sé que no me oyes
pero me ves que voy que vuelo
hacia un paradigma inmensamente azul.

Curiosamente todas las hormigas
y los carros verdes, todas las impresoras de matriz de puntos,
todas las líneas, el azúcar del silencio aniñado
el olor a periódico que sale del baño
-hemeroteca-ruta de evacuación derechista,
la tarde de hoy lunes, miércoles, qué sé yo,
se parecen a papá.

Papá y su licor antes de dormir
para no sentir que lo perseguía el diablo.
Tío Chema con delirios de persecución
jadeo abajo, jadeo abajo,
la abuela Sara no regresa
duerme bajo la nopalera y vive de hacer tortillas
distancia pecho sin tierra, ella sobrevuela
el interés de su corazón:
abuelo Chema pasa y de una ráfaga
a todos los difuminan entre los dos.
Tío Roberto con su miedo a cristalizar su sangre
medicamento homeópata y alcohol.

Viajar es todo un arte,
estar viajado no siempre necesita
de mota, cigarro o alcohol.
Comprar galletas emperador.

Sólo me queda yo

La verdad al desnudo
siempre se cobija
de una tierna, lisonjera
mentira.

El espejo estrella
todo lo que pude haber vivido
en un sueño.

Sólo me queda yo.

Hay un bulto

Hay un bulto de media tonelada
un quintal, pues
a las cinco de la mañana.

Un quintal a las cinco en cada pie.

No habrá viajes.
No hay mañanas.
No a nada.

La cosa está así:
despertar siempre es
lo que la realidad te regala
entropía que no está a mi favor.

Y un paso dulce,
como de asfixia
remata el pie
de todos mis poemas magentas.

martes, 15 de septiembre de 2009

"Y el baile, al final"

"Y el baile,
al final".

Ya lo sé:
debería estar jugando
a la feromona
con uno de los míos.

Pero resulta
que conmigo la vida
no va así.

Todas son flores exóticas.
No todas somos flores exóticas.

Yo tengo en un pétalo
la mística de la señora virgen del desierto.
Usted es un viento claro
que mis venas quieren respirar.

Y el baile, amado señor mío,
no es para el final.

El baile es para el yang
que merezca bailar a mi ritmo.

Bailemos, acóplese a mí
o yo me adhiero a sus huesos.
No creo en el tiempo,
pero tampoco me gusta despilfarrar.

No se trata de ganar, poeta,
se trata de amar
el paso acelerado uno-tres-diez-ochenta-mil
de este caótico mundo;
los dedos confundidos
de tanto tejer la cama;
la tarde silenciosa venerante de la libertad,
y la paz que nos custodia
de una horda sin corazón.

Y es que lo que nos sobra
es corazón:
me sobra demasiado corazón
le sobra muchísimo corazón.

El baile no es para el final.

El baile es esta cursi noche poblada de estrellas
que no se repite
aunque se vea igual.

El baile empieza
en el hoy repetible
a lo largo del espiral.

Loca sui géneris

Estoy loca
y encima lo escribo.
María Magdalena,
la puta, la reina, la flor, la diosa,
qué sé yo,
qué saben los demás.

Y Deyanira venciendo héroes...
bueno,
me hicieron así.

Estoy loca,
sí,
y por eso sobrevivo los temblores asfálticos
y por eso lo empujo a descubrirme
un buen día de estos, señor invento en el verbo,
señor creación.

Loca sui géneris
aún creo en el amor.

Las once y once

Un piano, las once,
altiplano a un tris de temblar
busca el retruécano
de su canto.

La ciudad sabe a gis
igual que como sabía antes
de que Usted con su blues
la ataviara de colores.
La ciudad sabrá a gis
mientras el destino me esconda
la oportunidad de vivir la primavera
que no hay en la ventana
porque todos allá bailan
la danza de la muerte.

Usted es el último regalo de mis días
antes del apocalipsis.
Callada lo amo
que la ciudad no voltee:
podrían apedrearme mi ojo izquierdo
y dejarme ciega para siempre.

Y porque me da miedo
muchísimo, harto, insoportable
el pensar que mis dedos
serían para sus manos piedras
y mi sangre el pozo seco de los deseos
donde me lanzaría sin piedad.

Un piano, las once y once
altiplano a un tris de temblar
busca el retruécano
de su canto.

Quédese aquí,
la inocencia que me resta
lo protege de todo dulce, urbano espanto.

Titán-Poeta

Miento
cuando digo que sólamente es algo de nube rosa
algo de Platón.

Yo quisiera tener las manos
con líneas más complejas
ser alguien, no alguna,
digna de su compañía
por este mundo tan falto de titanes
-por eso todos
nos abalanzamos a su cara
como los zombies buenos que somos-.

Que yo fuera una flor
una con chispa, especial;
que mirar a la vida con la vista corta
no importara.

Desear es bueno
cuando no quita el sueño;
míreme ahora
sonámbula de sus versos
cursi a más no poder.

Déjeme desear, soñar tal vez,
que algún día
yo llegaré donde su nombre blanco
y podré hablarle
de corazón a corazón
y no de poetisa en ciernes a titán-poeta.

Gracias por hablarme quedito

Tanta verborrea
oculta lo esencial.
Callaré un poco
reposaré la vorágine
subiré muy alto
para explicarle con estrellas
no palabras
lo que subyace realmente en mí:

Sembró amor de alguna forma
no tan común como las anteriores
pero amor al fin
y sin regar la planta.

Le guardo lo que me queda
se lo entrego con la misma pasión
que entregué todo lo anterior.

Y las cosas que vaya recuperando
-como la sonrisa al tacto
la alegría de ver mariposa y no cardo
las alas de libélula que yo también alguna vez usé-
las iré resucitando en su piel y su creación:
mejor con ningún otro ser no podrían estar.

Gracias por hablarme quedito
yo sabía que existía esta tesitura,
he vuelto a tener fe en el yang
después de tanto gorila.

Ahora, abra las manos,
la cajita roja palpitante
es toda suya
y no espera nada a cambio,
ya se lo ha dado:

Usted existe, con la poesía en la mano azul
los ojos verde militar
el porte elegante y blanco
y la rebelión en la mirada.

Usted existe y eso me mantiene en pie;

Y por eso lo amo.

Viva México

Viva México,
a mí me arrancan un pedazo de piel
cuando al despertar
veo ajada a mi patria:
máscara contra cabellera
de este lado los pobres
en la otra esquina los mismos tiranos
tiempo atrás, alma perdida,
escrúpulos afuera, muy afuera
del campo de batalla.

En medio, los perdedores de siempre
alto ahí, moverse hace daño al ideal
trabajar y comer es lo que se valora;
seamos new age, no importa lo demás.

Vivía México
con su grito de la gente:
gritar aunque sea de miedo
gritar aunque sea de hastío
gritar aunque sea en mute.

Viva México,
y la lágrima se achica
frente a la mancha roja
que es mi sangre
y la veo morir
con tanto palo y tanta deshonra.

Viva México,
y yo guardo recortes de mi patria
un álbum para cargar
cuando voltee y me vea una vez más
sola, en la arena del desierto.

Troza, alarga la tiza/línea

Troza la tiza para jugar rayuela
bebeleche, trencito que no arriba alegre
éxodo de piedritas
papeles esencia
verso y cristal.

La tierra es una sola y no es de nadie,
prolonga la línea fronteriza
entre tu edad y tu artista
y mi precariedad de juventud sin gracia
acaso íntimamente deshabrida
postmodernista...
capítulo no sé cuál de Lyotard
línea 23 de un libro de Foucault.

Alarga la patria, niño inquieto,
acá la lava sabe a anís estrella
en tiempos de guardar reposo al intelecto;
Los volcanes duermen
el plato vacío del obrero los delatan.

Alarga la línea patria, maestro,
que yo la alargo por ti: no tengo patria
se me murió mi país
ellos también me olvidaron
soy el repudio por no observar esa otra línea
ves, la gruesa, tensa, tirana, caminante allá.

Soy la flor vomitiva de mis vecinos
se acabó la libertad.

Alarga la línea ropa piel abrazo y letra
no hay independencia, hombre.
Hay barras que juegan pirotecnia
yo paso dentro mi casa y me exilio de mí.

Alarga tu línea
cruza la imagen paralela
los años de la veintena
puedo tirarlos por la ventana;
tu cuerpo y tu ideal en mi cabeza
corazón parchado, vestigios de inocencia
pesimismo de yang a raudal
no.

Resulta que no tenemos patria,
ángel deprimido;
resulta que no tenemos razón convencional
para entregarnos un diálogo sin muros.

Pero yo paso de todo y al menos
te guardo y te regalo aquello que he salvado
de amarrarme el corazón a la mano
con la que he de escribir tu nombre azul.

No soy Salomé

Ya no quiero que me utilicen.
No soy Salomé
no sé bailar conga
y tampoco sé
lo que creen que sé.

Sólo soy yo
lo que ven aquí
es todo lo que puedo dar.

Malaventurados todos
los que creen que la libertad del amor
es igual a un crepúsculo confundido
de pieles de ocasión.

Yo no espero el príncipe verde
tampoco al sapo ni al azul
ni el que reconozca que antes de las ocho
el cielo es carmesí.

Espero un poeta.
Uno rebelde y contestatario.

Dígame por favor que sí.

Esta noche miro su cuerpo

Esta noche

Miro su cuerpo
recostado en la columna de piedra
descarapelada:
quiero grabarme detrás de los párpados
su silueta
sentir que acuesto el cuerpo
y todo estará bien
mientras no se borre su imagen
de lo que quiero tener en la almohada.

Tomo lo obvio ya desnudo
y lo sorbo casi a besos callados.
Nadie lo sabe, ni siquiera mis labios:
es la esencia lo que se adhiere
a mis ganas de gritar cielo abierto
corazón inquieto, fascinación a su ser.
Debió ser alguien menos titán
así no me cansaría de subir tantas escaleras
cada vez que lo sueño.

Y mañana...

Mañana me encantaría ver
sus letras tatuadas en mis lentes
en el buzón inexistente
que ya no vive si no me habla de libertad
como lo que siempre se es
cuando se elige ser poeta.

Usted es Usted

Usted es Usted
yo soy una simple mortal
que se enamoró de su ideal
de su imagen
de sus ojos
de su cara
de pocos amigos
de su voz.

Discúlpeme si hay manera
de sembrar tormenta
o pesantez.

No niego que quisiera
sacarlo de Platón
y traerlo conmigo.

Entiendo que soy pequeñita
mi MicroUniverso es limitado
y Usted... es Usted.

Pero algo pasó,
algo como cursi flechazo.
No estaba en mis planes
y no quiero dejar de sentirlo.

He esperado mucho
puedo esperar otro poco
para que dé con este lugar
con este poemario
Luz en el Páramo
caballero mío.

Y no me crea a mí
sino a la que llora
por no tener más años
más vida andada
más justificaciones
para enamorarse de Usted
más que las de conocerlo a fondo
y saberlo imprescindible
en mi espacio.

lunes, 14 de septiembre de 2009

On frappe à la porte

On frappe à la porte:

Toc, toc.
Soledad también duerme.

No despertadla
jamás
y de aquí
a una nueva fase lunar
en Saturno.

Vais vous garder entre mes jambeaux
et le coeur bien fermé:
après votre entrée
aucun plus peut vivre dédans
/juste sa voix, juste sa voix/.

Ha sido buena la tierra

Ha sido buena la tierra
árida tierra, lejana tierra,
tundra de marzo
estera de abril.

Ha sido buena la tierra
en verano
agosto cantando su elegía
agosto menguando la inercia
agosto combatiendo la miopía;
esperanza se llama
su voz, su verde ocular.

Ha sido buena la tierra
la tierra buena, la indolente,
la verde, la fresca,
la indulgente, la adulante serena,
profilaxis del letargo protocolario
envolvente de treinta años;
exilio y congoja queda
rebelión poética.

Ha sido bueno el destino
mi país, su rostro divino:
cuanto más perfectible un yang
más hermoso se distiende,
sándalo en tiendita oriental
(y lo oriental no sirve de nada).

Ha sido buena la tierra
sincronicidad jungiana:
yo lo tengo dentro mei
y hasta su silencio me parece un regalo.

Los ángeles también bajan

Los ángeles también bajan
son recaditos
en forma de arcoiris vocales
que suenan en mi cabeza
mientras los leo.

Así siento que no pierdo el tiempo
en exceso;
así resisto y veo
que la luz está del mismo lado
aunque al asfalto le dé por roer
viento tornasol.

Puedo continuar con el lunes
y la bandera sigue ahí
porque no es mía
sino del regalo entregado
triste regalo, ácido regalo,
tierno regalo, cursi regalo,
asfáltico regalo, erótico regalo,
amoroso regalo,
regalo al fin...

del regalo
que emito cuando juego a ser poetisa.



Para Teodora y todos los que me leen de vez en cuando.
La lluvia hace nacer arcoiris... Se regalan caleidoscopios mágicos.


Bienvenido el elenco

Arriesgo todo
entrego mi vida
mi aliento yin
la sustancia zen que fui
por cada verso que escribo
al gran amor de mi momento.

No conozco otra idea
que remar así
como a tientas
fulgurando felicidad
en cinco segundos
por un mes de estoicismo.

Yo lo elegí
e insisto:
nadie es culpable.

Bienvenido el elenco.

La luna no se mira

La luna no se mira,
se intuye.
Yo he nacido otra noche
para llorar quedo.
Ya habrá momentos
para decirle al mundo
lo que no es en mí
y lo que jamás han querido ver.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Una escribe para no llorar

Una escribe para no llorar
y a pesar de eso
la lágrima se instala
en el banco del adiós que no se desea
ni se exige
ni siquiera se toca
por miedo a quemarse dentro el cuerpo.

Una escribe para no llorar
y a pesar de eso
la boca se pone de cabeza
y la cosa no resulta:
el ojo de Rèmy sigue su curso;
convertirse en anime y mártir
para el de enfrente que tiene bien armado
su discurso dominical y burgués.

Una escribe para no llorar
creyendo que abarca el todo con las yemas
y nada,
nadando por las letras una lo acepta
que la nada se instala
origen en el ventrículo izquierdo
matriz seca parada oficial,
manto de aire que besa el frío
que ocurre por acá
que ocurre por acá.

Hay como mil flores pendiendo

Hay como mil flores pendiendo
de mi techo azul
y varias tarjetas de bienvenida
que no he escrito.

Eso no me dice nada
si por la noche quieren estrellarse
volverse sábana blanca hasta la cara
no saber nada más.

Al día siguiente,
la florería amanece despacio
anunciante de otras veinte horas
de sueño trabajado en verso.

¿Y eso qué será?

Despertar y elegir ver la ventana

Despertar y elegir ver la ventana
la vida de frente nunca
no ser la página
llamarse María Magdalena en alemán
no es facultativo de llorar en domingo
con una nada aparente.

No ser la página del domingo
la letra del domingo
la escritura literaria del domingo
a pesar de haber sido escrita en jueves
veintiséis años atrás.

La hoja con manchas
de vez en cuando se hacen muros indestructibles:
el juego de jugar a que existes
frente a la indiferencia del de enfrente
caso magro de escasez de alteridad.

Eso, no hay analfabetas
hay actores que juegan a serlo
en momentos, punto y coma.

Es bueno
reconocer que la existencia
depende de una letra precisa.

Ya lo sabemos

De cuatro correos
tres son para avisarme de lo mismo;
así pasa siempre
entre más me lo digan
menos haré caso de la indicación.

Ya sé que eres repetición/repetidor
ya sabemos que no entiendes nada
de la amistad en tiempos de desahucio
industria cultural underground
no hay lecho ni bandera donde puedas aterrizar
tu viejo sueño.

Bastaría con tu presencia,
la mano amiga de siempre
eso y solo eso.

Lo demás es pura paja. Y cansa la vista.

Sabemos eso porque los iguales
se aproximan siempre
hasta que uno de ellos
decide no mirar atrás.

Explicación al anveso del pecho:

No lo amo porque esté sola
igual daría enamorarme de mi silla
la computadora, el teclado,
mi auto.

Lo amo porque se me presentó
en la parada camino a la desesperanza
como la palabra justa
el antídoto perfecto
para contrarrestar
los efectos del desahucio humano general.

Poesía, le dice Usted
que se llama todo eso que le cuento;
yo le llamo la magia
de ser quien es
y ya.

Gritar origen y causalidad

La sangre me hierve granizo,
nadie asegura que la física sea cuántica ni que
el peso de la nada tumbe los huesos
como a los astronautas y a los comediantes
la falta de gravedad.

Asegúrese de no tallarse los ojos:
no vale la pena llorar por este escrito,
mis dedos dicen otra cosa
a pesar del nudo tráqueo:
soy éxtasis porque lo abracé en su momento.

Soy efímera por su tiempo-paso de cometa.

Y soy mujer porque confieso al fin
que yo necesito de su fortaleza
(no remitirse a la palabra proveedor,
ni asociar con hombre hierro-cueva-fiereza//
véase castillo de girasol, bala dulce y de plomo, mariposas//
verbigracia todas sus ventanas-libélulas).

"La poesía es mi pastor
si le canto a Usted
nada me faltará".

De algo sirvió el catecismo...
El derrumbamiento
de los fundamentalismos que no tengo
es lógico y cercano

menos el de tocar maíz y gritar origen y causalidad
con el corazón y volarlo en colibríes,
amarrar el deseo en vano,
empaquetarlos a ambos con o sin cuidado,
vigilar dormida que viajen lo más pronto
donde Usted.

Y no niego que lloro

Leo su vacío
y casi siento que más que mujer deseante
soy su hermana:

no de camarada normanda
izquierdista sin rehabilitación
cristiana católica que nunca fui
-o tal vez sí, a saber por mi dispepsia infantil,
puerta de ébano,
margen de dos centímetros en rojo supresor,
zapatos bien lustrados- la sirena que se esconde
porque prefirió cantante frustrada ser.

Y no niego que lloro. Aunque sea el mismo poema
el mismo verso, casi la misma hora.

Unos dicen que así también se vive al amor.

Yo no tengo necesidad de saber
lo que los otros piensen.

Simplemente le lloro a Usted y lo que es suyo
por haberlo sentido y creado
vivido, parido, elaborado
recordado -lo más profundo es recordar con verdad-
pensado -lo más intenso es pensar la libertad-
punto final del seudopoema

Allá afuera

Qué ganas de llorar ganas
qué ganas con querer llorar.
Allá afuera, el om desvalija a cualquiera
los libros no son espejos
las letras no alcanzan, verdaderamente no alcanzan
ni la música, ni la pintura,
ni la danza, esa que tanto te gusta,
a demostrar que el azul pervive
sobre todo cuando horroriza
el hueco que te cabe de la cabeza a los pies.

Las palabras buenas
las inmejorables, las del correo preciso
las esperadas que nunca llegan
son para remojarse
en el agujero de tu clóset
la blusa de manta favorita hecha trapo mojado
igual que tú.

sábado, 12 de septiembre de 2009

Ejemplos poético-cotidianos I

Corta
la espuma
dos veces más
rápido.

El Suavitel Libre Enjuague
-pero no todos,
a saber, Relax //a saber lo que es
el Ylang Ylang// -
también es poesía.

Ego frente a te

Soy toda verso
uno muy suyo, señor
uno muy rojo, uno muy insípido,
uno muy caro:
me cuesta
peldaños
recibir su ojo izquierdo
con la palma de mi mano...
me cuesta
reírme
de la impureza del viento
con los sentidos estrenados a lo cierto
después del alumbramiento de su huella
en este vaso
que es mi ciudad, uno lamoso.

Y más que a ninguna hora pienso
que no hay
mejor verso, creación o canción
que aquello que
no se ha escrito
y se respira
en el prana/
el poquísimo prana
recibido-dado y heredado
para vivir después
de Iroshima y Perestroika.

Aquello es mejor
porque es el todo
es amor inocuo
(ego frente a te)
consciente de la piedra
pequeña
no mármol, nunca escalera,
mucho menos estrella
para aparearse
con su sol.

Si parara de llover

Si parara
de llover
se enjutarían
igual mismo
mis manos
y mis ojos.

El deseo
no va
no trae aparejado
cheque luciérnaga
ni su voz
ni su status zeus
ni su arremangada camisa.

Es bueno/
mejor/
óptimo/
atenerse
al Nirvana
esta tarde:

Soy todo
y nada;
me sienta
mejor
creerme
un puntito el espacio
buscarme
espejo al frente
palpitar
el seno con la ausencia
y la esperanza
que copula
con la imaginación.

Libertad sabatina

La libertad sabatina
es
perder
la juventud
pensando
en
el fin
del mundo;

lavando
(d)olores propios
ajenos
mezclados;

recordar
que la minúscula
roca
es más
que un zapato;

vestirse
de violeta
y no esperar
nada
excepto
una buena
razón
para rentar
los días
en el sillón
vacío;

regalar
una sonrisa
a colores
sabiendo
que no
se es
musa
sólo bufón;

oler a limón
y ver lejana
la regadera.

Un partido
arregladísimo partido
de futbol.

La revolución acaba

La revolución acaba
justo en el hoyo de dos por ciento de profundidad
mil cobardes de ancho
y veinte millones de miserables de largo.

Acaba también
con dos latas de jugo
y la metafísica en horario estelar.

Pero selva adentro
desierto lejano
periferia a corazón abierto
el vórtice de luz
apenas su grito parirá.

Lianas

Todos tenían lianas en las manos
ahora somos carros con puentes
y soñamos en la resistencia de la hamaca asfáltica
porque somos suicidas y nada más.

Le guardo

Le guardo un lugar
en la mesa que no es mía
en mi cama vacía
y hasta en mis pensamientos tontos,
los absortos, los absurdos, los zurdos
y los postmodernistas.

La piel, los sentidos,
los latidos y la melcocha
más que guardárselos
corren y gritan su nombre
a ver si Usted...

Orangután y no flor

Las manzanas ya no son pecadoras
no entiendo por qué
la esencia equivocada habita mi (ciudad).

Escribo en la pared
porque soy la pared misma
que vencen al rodearla:
orangután y no constelación
todo aquél que no sepa
honrar a Ra.

Denme un poco de paz
extranjera.

Quise inventar los relojes del viento adelante

Me gustaría ser primavera en su septiembre
sur de siempre, blanco sideral
que come serpiente porque ya es más águila.

No puedo:
nací pez cabra
los años todos encima.

Quise inventar los relojes del viento adelante
nunca enfermo, jamás sin prisa,
adelantar el marzo que se asoma
después de los sesenta
en mi casa sideral.

Tampoco pude.

Luego descubrí que el tiempo
es malísimo para explicar
lo que late dentro.

No quiero explicarme ante Usted
usando a Cronos.

Recurro a mi locura Yin
a estas horas
y por enésima vez.

Quemar mis ojos

Me empapé y sus escritos aún no nacidos
me regalaron el silencio
de quien no oye llover
mis sandalias.

La luna pone triste la cara;
estoy segura que es
porque hoy no pude
ver su lado B.

El Sol está esperando
quemar mis ojos:
apenas son las doce en tiempo real.

El bilé

Agua de fuente quebrada
la maternidad es un carro lancha
y la soledad es mi ciudad sin su barba
sin sus canas y con mis ganas
de poseer el secreto
que hipnotizara su hombría
su abrazo alrededor de mi cintura
su cuerpo en mí.

Nada de lo que está allá afuera flotando
entre piedras y raíces
pieles sin bloqueador solar para el corazón
los ojos o la ajada piel
me dice que en realidad debo vencerme
a la inercia de su estulticia.

Parece que quiero ser Olivetti 1979.
Resulta que nací tres años después
y con el bilé sin estrenar.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Nadie es culpable

Nadie es culpable
del acto de embosar con la palabra
la posible creación alterna
del universo paralelo que se queda paralizado.

Vigilemos las estrellas
hagamos el amor
creando un lecho que no fabrique pesadillas.

Y la canción de cuna,
esa corre por mi cuenta
desde aquí y hasta donde se halle
el trinar del azulejo.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Buenas noches a los amantes

Buenas noches a los amantes:

a los que se desplazan
sobre el tablero de lo material
y a los que en mi imaginación
y en las líneas desvanecidas o entrecortadas
de mis palmas y mis labios
lo han sido.

Cada día reconozco
que más que un motel
soy amor universal
y cuando es conveniente
(el "siempre" se aplica aquí
y no tanto por miedo a la soledad)

Invité a una voz

Invité a una voz inscrita
en un collar de perlas violetas
a sentarse en mi regazo:

Quise darle amargura de mi pecho;
ella tenía voluntad
y me sometió a este juego
de buscar por Usted
en este microuniverso de letras fucsias
y fondo negro.

Ahora sonrío con gravedad
ante lo posible de sentir el fuste
corona de macramé que me indica
cuál es mi sitio en la mesa común.

Estoy soñando

Estoy soñando frente a la pantalla
tengo sueño.

Tuve sueños, también.
Esos no valen la pena recordar.

Estoy soñando, como Novo,
que me veo escribiendo.

Solo que aquí salió cierto.
Novo -en ese poema-
era pura crema de natalidad.

Fuego de nieve

Qué fuego de nieve le crece la cara
que mis ojos no pudieron zafarse ya.

Vuelo viento abajo:
la pesadilla no es dormir tres horas
y tenerlas.

La pesadilla es entristecerme
por la fragilidad de la distancia
en cuerpo, alma, tiempo, espacio y
corazón.

Clóneme su cuerpo. Dóneme su creación presente
la más efímera,
como este agravante de todo mi dicho
llamado juventud.

Desbaraté el protocolo

Desbaraté el protocolo
de la mujer expectante.
Todo ha salido como una maldición:
es Soledad la que me llama.

Y viene libre.

Yo le dejo este recado de corazón
sobre la lista innumerable de versos sin tema ni son
y cruzando los dedos para que al fin
me dance su palabra en mi seno.

No importa si lo toca mi piel o no.

Arriesgo la ropa

Arriesgo la ropa
la taza de leche no quemada
la hectárea de cielo que no puedo pagar
(soy de la generación
del joven sin tierra,
entienda, poeta mío -ojalá de mí lo fuera-
que mirar al cielo es porque ahí vivo:
los blancos, los sindicatos y los ministros
arrancaron mis raíces
de lo que pudo ser mi hogar).

Me arriesgo a ser pared
punto rojo de tablero colgada en él
puerta cerrada y nariz chata y roja.

Nada vale la pena aquí,
señor planeta vibrante,
si Usted también me piensa niña,
y para colmo, árida como la que más.

Me gusta soñar caminando, es verdad.
Quién no prefiere eso a vivir dormido.
Présteme su nombre transgresor
déjeme de la realidad zarpar.

Porque ya es medianoche.

Todavía

Todavía me encuentro en el andén.
Yo aún estoy en ese pasillo largo y oliente a todos
y a hueco de nada en cara, hombros, bolsillos y manos.

Todos traen prisa, debe ser que sienten llegar tarde
al evento cumbre de su cinética desapercibida:
la muerte.

Espero por alguien
que no me llame por mi nombre y sí por lo que digo
hablo y siento.
La misma, la otra. Así es mejor hacerse llamar.

Verdad que no conozco la razón de todo este suceso
todos son monos colgando de un árbol
sus manos y las mías al menos
no le escriben a la pared
sino a mí y al que está enfrente, que curiosamente, somos
los dos al mismo tiempo.

Borboleta do mar

A esta hora
es cuando una quisiera tener
haber, ser y estar un mariposario.

Detener las hojas que palpitan sin control
dejar de tener pies, corazón y manos.
Dar de vueltas en un mismo cajón
protegidas por lo superior, el humano.

No pensar lo desgraciado que es
soñarse mariposa y despertar mujer
ni viceversa.

Y es que nadie encuentra tono frágil suficiente
para abstenerse de decir amores
sin caer en la fabricación de una figura literaria
carente de todo piso, y más caliente que un iglú.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

He dicho que no había nada nuevo

He dicho que no había nada nuevo:
debería ponerle alegría en la alergia
pero eso es completamente un problema axial
subjetivo, monofásico, distendido,
esquelético.

No gritaré gol porque no soy objeto de circo.
Me dejo tendida en el viento cibernético
quiero que comprenda
que mis manos tienen ganas de acariciar la palabra Usted.

Ya luego me iré cantando
poesías incoloras
absortas en la policromía de su creación nocturna
(creo que por eso me atrae tanto el Sur:
lo analogo con la amante noche...).

Olfato

Olerte cerca de mí, sí,
como los meses más lindos
que Zeus o como lo llames
me han dado.

Así me siento hoy que me ataviaste
de gardenias, crisantemos,
y unos cuantos cursis nomeolvides.

Qué suerte la mano que te toca el pecho
yo me desvisto en la imaginación.

Tú cantas poesía

Habrá que crear una cana
para esconder la vergüenza...
exhala el viento la esencia
pare besos sin alquitrán
y la estulticia nos recuerda
que muerta está.

Tú no cantas el asfalto hundido en las manos
tampoco cantas los vencidos, los adormecidos.

Tú cantas poesía cuando abres tus ojos
tú inviertes la poesía cuando al mundo
regresas su estado primigenio
la prístina dulzura del banco etéreo
aún existente lleno de la paz
la libertad que ambos nos damos
mientras creemos que dormimos.

Tú no eres la frontera invisible
tampoco eres la bandera blanca del ensueño americano.

Tú eres el suelo digno
de perpetrar por la fuerza
de algo que nos hunde
en el rayo del redescubrimiento
del verbo y el contenido
del sustantivo y el continente moreno entero.

Tú eres la marea roja y alta
también eres la misma lava
con la que despiertas la libertad.

Yo estoy mirándote con los ojos
que tengo en medio del pecho.

Argumentos I

No me mires verde,
dios andariego y no vencido.
Nadie sabe a dónde viajan las estrellas,
mis hermanas, tus amantes.

Probablemente pensarías
que es incierto
el que las imagines desde mi cuerpo
navegantes sobre las hojas de los abedules.

El espíritu amordaza
el prejuicio de Cronos,
detrimento de una brecha generacional
que colapsó hasta que uno de sus extremos
sintiose volcán fuego muy adentro
y también mar turquesa
y quizá coro místico-galáctico-angelical.

Ahora podemos permitir
que Afrodita y Eros
se apoderen
de nos.

Guión I

Una patada de mundo
en mi amplio trasero:
eso es el regalo
que lleva en su pecho la razón.

Ética debió cambiarse de planeta,
corrió antes de salvarle el nombre.

Estulticia

¡Estulticia, estulticia, estulticia!
Los rojos y verdes camiones
el ancho y aceitoso mar
la plata que oxida las flores...
Su ausencia es vida
y la vida no jala sin ella, nomás.

Somos herraje

Somos herraje del mismo pueblo
somos potaje del mismo sueño.
Cisco libre de toda culpa, el expiadero
toca su mármol y no se vuelve a llenar.

De veinte gotas de anís vencimos
el calor del azadón supremo
y, ay, el desconsuelo, sufrir la luna
en tiempos del azúcar sulfúrico.

Las hojas crujen dorados y cantan al filo
de la índiga noche, negra no:
esa es la huella
de las larvas que corroen los lagos rojos.

Todavía faltan azules para llegar al final.

Todo será mejor

Todo será mejor
cuando tu pecho
entienda el baile del mío.

Allá afuera se rompen la crisma
y qué...

Hagamos poesía cinética
juntemos las yemas de los dedos
creamos en las pupilas desérticas
maravillosas, etéricas
uno frente al otro
donde la costilla no estorbe
y más bien se amolde
a los tiempos inexactos
de nuestro corazón.

Llegar a este día contigo en mi mente
es señal de que me vuelvo sabia
por todo lo que te profeso
y un poco más torpe
por defender la inocencia y no la razón.

martes, 8 de septiembre de 2009

Tanto

Tanto petróleo refinado
tanto asfalto derrapado
tantas horas sin conocimiento.
La anagnórisis se volvió viento
por el protocolo.

Y sólo un agradecimiento recibí.

También puedo sentir hambre
de vez en cuando...

Consejo espiritual dialéctico a un niño mexicano I

Las marionetas no se ven en el circo,
niño,
prende la televisión
sintoniza el Canal del Poder Judicial o en su defecto,
el del Congreso.

Todo está ahí. Nada se puede hacer.

Ahora ve a jugar con tus carritos
hechos de derivados de petróleo mal vendido,
niño.

Que el mundo mágico termina
a las ocho y con los carros que se desatan
saliendo de sus trabajos aburridos.

Influenza

Que nos persiga la influenza:
total, algo me dice que siempre
los astros han estado en contra nuestra
y en contra de todo el resto del continente latinoamericano.

La parte de Pangea que conecta con África
es un caos de bienaventuranzas.

Qué pérdida de tiempo
creer que por jodidos
conoceremos a Dios.

PD:

Que nos persiga, sí,
a ver quién sangra sus talones primero:
los imperios no son eternos,
tampoco la afrenta
de los tostados hijos de un subalterno.

El número cincuenta y siete

Soy contestataria
por no sé qué.
Amor a la libertad, le dicen.

Conocerlo fue casi como el regalo
de un dios alterno
que ama de verdad
y no empina a los que piensan y sienten libres.

Ahora tome estas dos pseudo estrofas
y haga lo siguiente:

Coloque la S sobre la s
no hay diferencia tal.

Así pasa con las mujeres:
todas escondemos un universo irrepetible
que se entrega por amor
y nada más.

Éste es el regalo número cincuenta y siete
para agradecerle a los años
los suyos, joven poeta
(la rebeldía lo perpetúa en la atemporalidad de la libertad
no consumada, pero densa en su palabra)
que llegaron a mi páramo
y le sembraron luz
cuando creí que la ceguera
era el destino de mi vida.

Pare de sufrir

Usted me dijo "pare de sufrir"
y yo por arte de magia
descubrí las flores en el páramo
que hacía tiempo no regalaba nada.

Será porque su voz es semilla
o porque yo me descuidé
y le di mi raíz de viento
para ser fecundada por sus teoremas poéticos.

Ahora todo lo que ve aquí
es suyo a pesar de que no lo sepa:

Confío en el destino
el mismo que nos acompañó
y luego nos depositó en el mismo lugar.

...y un poquito de paz cibernética

Endúlceme la sangre
con su fatalista voz:
no hay nada mejor
para creer en lo imposible
que verlo a Usted leyendo
los versos de su generación
y de los jóvenes conversos
a las aguas de su mar territorial
a falta de pala, cemento y flor.

Me faltan letras
para obligarle al viento que le diga
que mi media luna
es el único astro que se mantiene
en la misma fase
porque es mío nada más.

Y también es tierra morena, hogar,
caos sideral y un poquito de paz cibernética.

Abriré el regalo

Si el otoño llega
a pesar del olor de la carne trémula y muerta
a pesar del hedor de la silla y el curul
a pesar del horror de la caja idiota
o de la cerveza que es azul,

aquí mi cuerpo arriba
no sentirá que le cala lo incierto
del día constantemente nublado:

Faltaba más, abriré el regalo
de tenerlo en voz y libro,
letra sideral y orgasmo callado.

Porque sin saberlo
yo me enamoré como las colegialas
de su ser.

Y entonces Agosto hará su entrada triunfal
y sacaré las palabras exactas
para revivirlo en mí y para evocarlo
hasta hacerlo regresar un buen día
antes de las diez de la mañana.

Una fuerza extraterrestre

Alcé los brazos
y justo cuando quise dejar de ver llover
retiré las manos de mis órbitas.

Una fuerza extraterrestre
muy de Usted
(extraterrestre porque los genios
no son humanos ni mortales
acaso son hombres
unos de un universo paralelo)
me invitó a hacerlo.

Tapé mis oídos con mis manos
y justo cuando estaba a punto
de dejar de escuchar y de existirme el entorno
todo se hace de palabras, la casa que ves allá
el cielo azul que a todos nos moja
se cimienta en el sonido
no en la materia.

Retiré mis manos de mis orejas-

Cubrí mis labios
y toda razón exacta para volver a ser algo más
que una insignificante Eva.
Todo estaba listo
para devorarme el grito de fémina
que cargo a diario porque no hallo dónde
darle de comer.

Su creación himantó mi voluntariosa decisión
de dejar el mundo.

En cada pasaje de liberación de mis sentidos
estaba presente Usted.

Agosto me debía muchas.
Todas me las pagó con su nombre y con Brasil y su infancia
con Libertad y con las canas de su barba
con la oportunidad de volver a creer
en lo que regresa a mi azul montaña
y quién sabe si lo deje ir el mismo día
de su llegada.

Seguramente habré robado la fórmula de la clonación.

Vuelva pronto

Me acostumbré a reír
de su ironía con Mallarmé en su sinapsis
que me tocó el alma
y me robó todo pudor poético.

Tal vez por eso ahora
el aula sencilla de mi tribu
me hace más evidente
que debí gritar más fuerte "Jerónimo"
y darle no un papel con mi letra dentro,
sino el corazón entero.

Vuelva pronto,
Velvetine vive de la risa
que el cosmos engendra
en ciertos pasajes urbanos
y en ciertos titanes alados
verbigracia, Usted,
flor de eucalipto a las siete de la noche.

Unos poemas malhechos lo esperan
con más amor que estética
con más alegría que lírica artesanal.

La mujer detrás del velo de letras
también.

Despierte, Voz de Trueno

Despierte,
Voz de trueno se solicita a mi costado
y sobre la cara anterior de mi cuerpo.

Hoy los árboles danzan
la nueva corriente poética
que enarbola lo artificial de la naturaleza
y se llama como su nombre en mí
a la una de la mañana.

Al mismo tiempo, frente a su casa,
Flora, su amiga eterna,
le prepara el desayuno:
lealtad de una loca yin que corre a su barba blanca
ansiedad de ser media luna
y musa, y papel en blanco
para no saber qué hacer
de tantas palabras que me recorrería el vientre
de tenerlo a Usted.

Despierte, hombre de sur
que quiero viajarle un regalo a la Luna:
escríbame los cantos
mándeme una onda sideral de desencanto
o de pena
y yo haré el milagro
como en los AA: sólo por hoy
me desvisto el fatalismo incompatible
según los estereotipos,
con mi sexo
y me dedico a ser libélula
caléndula o cuenquita de sándalo
mano elástica, libertad para crear y creer.
Que al fin es lo mismo en sus labios.

Despierte, Voz de trueno
es solicitado
los bosquecillos con seres imaginarios
nos quedan cortos
piénseme un rato
todo lo mío este día es de Usted.

Procuraré tampoco ser New Age...
Resulta que soy índigo, pero no estúpida:
dios se olvidó de mí, de Usted, de todos.
Pero nadie dijo necesitar a ese acartonado dios
y menos si su Voz me evoca cinco minutos.

Despierte, Voz de trueno,
loquilla en desbandada lo llama:
simplemente para darle mi nombre
una postmoderna novata
sabe que a un vanguardista trascendido
su sonido le hará bien.

Las cosas no son cosas

Agarré a Apatía en mi seno
y le dibujé una cara, ella sin rostro era bella.
Se llamó sistema
dejé de creer por ella ahora convertido en él
ver el versículo de mi vida donde digo
que puedo creer en todo
pero no he visto nada:
la naturaleza es bonita, pero cansa este holograma
impuesto por un cerebro universal.
Las cosas no son cosas: pre-textos
lugares comunes y sin comunidades insertas
alzo la voz y la gente escucha sus audífonos
exijo lo que doy porque necesito el vuelto
para reconstruirme el pellejo.
Y no hay nada como ver la novela de las diez
con la televisión apagada.
No hay nada como oír las canciones
en la soledad de la una de la mañana.
No hay nada como creer
que la nada me ronda, pero soy sutil fuga
hacia la esperanza que cojea
de tanto sobarla, cogerla, mencionarla, traerla.
Ahora Apatía es mi espejo:
el delineador está chueco, los ojos quedaron mal pintados
y qué.
Cantemos al señor que nos regaló la casa madriguera.
Se llamaba albañil, pero todos le decían "maistro".
Esa costumbre sucia de enjaular y humillar a los que nos aman
de una u otra manera...
(Debería tener punto final. Pero es mi poema
y además yo sé que eso es inverosimilitud).

Y yo me pregunto

Y yo me pregunto
¿habrá que existirle
calles vacías
para poder acercar mis labios
a su sentido huraño
de militante de la libertad
en tiempos de la no razón?

La cosa debería ser más simple:
Usted tiene el cromosoma
que yo no tengo.
Yo poseo el destello
de la media luna
que lo guarece en tiempos de temporal.

Y entre los dos
se fabricarían maguitos amargos
de versos y sueños
luego los despertamos
diciendo que la cursilería
acaba en el tálamo
justo en el medio del grito
de liberación occidental
versión latinoamérica
que jamás hemos de escuchar allá afuera.

Los días pasarán sin pena ni gloria
ante esta conversión
de dos no conversos.
Y dejarán de ser ordinarios al brillar
con el paso de sus dedos
por mis valles
y viceversa.

Tengo ganas de ser hogar.
No precisamente mandil, comidita a mediodía
y niños en la escuela.
El suyo, parada final
de un éxodo de toda una vida.

Tengo ganas de tener un hogar
con su cabello de chimenea
y sus ojos siendo secuoyas
sombra en medio del fuego
lanzado por los jinetes del capítulo final
(mire todo lo que he viajado
para decirle amor
a pesar de saber
que no me lee nunca, inmortal lírico).

La conformidad se aplica única y exclusivamente
con la galaxia que bautizo
de su obra y su nombre y no de agua bendita
esa la dejo
para tentar el terreno mientras me vuelvo
un beso nocturno y de simpleza yin.

María la Virgen

I.

María la Virgen
dijo estar embarazada por el Espíritu Santo.
O eso dijo quien escribió
el libro pesado
que a tantos nos atormenta.

Da lo mismo:
Ché Guevara pudo llamarse Jesucristo
y sin embargo, en su nombre
se han cometido las más atroces acciones
que el mismo hippie hebreo
hubiera detestado.

II.

María la Virgen
es virgen por pensar bien del mundo
y no por su himen.

José lo sabía
y era lo que más amaba
en las noches prolongadas
de estrellitas en la ventana al pie
de la mesita de madera.

III:

María la Virgen
será virgen cuando las mujeres
ya no lo sean.

Así quedó escrito en el manto azul
que miraba la niña bien del rey David
mientras el semental
romano, cuentan, la mano en el corazón y no en la biblia
se cubría el rostro a galope
y entregaba al mundo
a un resentido judío.

IV.

María era Virgo.
Nunca Virgen. Virgen la montaña
ahora edificio
que nunca toca la mano
de la señora que seguramente dio amor
a su retoño
como muchas otras lo han hecho.

Todas son madres de héroes
que al final del día mueren
todas lo saben
pocas lo dicen
poquísimas lo padecen.

No inventes

No inventes que estás triste:
ya me hago cargo de ello.
Hasta acá suenan los cellos
y yo con la misma hambre de decirte
que echaría el alma a tu océano
con tal de verte renacer en el hijo de Neptuno.

Qué jodedera es esta
de creer que la vida es repetible
y tú no estás para abrazar lo que es mío
por no sé qué cuernos de tu ayer y tus baobaops.

Los vientos me empujan
a ser yo como antes:
septiembre, lo descubrí hoy,
resuena igualito a tu nombre estéril
pero lleno de lo que anhelo.

Escribo cartas...

Escribo cartas, memorándums
y otras pavadas.
Sólo porque tengo la vida libre
y no quiero callarme nada:
sea la palabra el lienzo
donde pinto lo que he visto
lo que sé y todos silencian entre corbatas y caras faldas
un niño de la periferia es idéntico
a Malawi en tiempos de lluvia espesa esperar.

Alza la voz que no te escucho,
indolencia del siglo XXI.
Luego salgamos a pasear
por la película con final magenta
que aparece a esta hora
en la matrona con antenas.

Mañana todos seremos pedacitos:
siempre lo somos, nadie se da cuenta.
Yo los recojo con mi vista
yo los impelo a revirar la fragmentación
y alcanzar el fin del mundo en pie
aunque descalzos.

La lluvia siempre ha de tener tu nombre

La lluvia siempre ha de tener tu nombre
después de conocerte.
Qué lástima que yo cante con los sapos del desierto
y la historia divina de Ariadna
se haya ido junto con tus dedos
a mirar por tu rumbo
olvidándote de mi arena
que ya no quiere ser fértil
porque no vives más aquí.

Dime si esto no es amor
o nostalgia. Ambas son una misma
desde ti y hasta mi ombligo hueco de tu saliva.

Todos buscamos la frase

Todos buscamos la frase
que arregle nuestras vidas.
No hay tal.
Sólo un secreto de templo
a destiempo y jamás cuidado por los templarios:
viva su vida, Dios está de viaje.

lunes, 7 de septiembre de 2009

los ojalás de la noche los ojalás del día, los ojalás del postre, los ojalás del viento

Ojalá
que yo fuera su musa
de medio tiempo
o de perdido
sus ojos fueran
una visita austera
a este austero lugar.

Ojalá que más que si dios quisiera
Usted decidiera
entre mis flores aún vivas
viajar.

Ojalá que yo no hiciera el ridículo
de pensar que soy poetisa
por amar con toda la mano.

Ojalá que la narcolepsia y la dispepsia
no tuvieran nombre en mi casa que es mi templo.

Ojalá que comprendiera
que el amor es lo que me hace pensar
que hay gato encerrado.

Aunque no haya nada detrás del muro
de Gomorra y el Gheto
Tenochtitlán cayendo
y los talados abetos.

Ojalá que aceptara
la biblia vacía de mis labios
que lo evocan por amor de longevo chispazo
y por ser mi ciudad.

Esta es mi oración:
una cadenita con los ojalás de la noche
los ojalás del día, los ojalás del postre.

Los ojalás del viento.

(Como el que me lo entregó cinco días
transitado y entero
para prendarme en un ahora perpetuo
de Usted).

Nirvana

La cosa eterna
me empieza a cansar:
si muero, estaré viajando de prisa
haría otra realidad.

Y yo ya quiero ver
todo azul, todo blanco, todo naranja,
todo violeta, todo rojo, todo verde,
todo y nada.

Dicen que se llama Nirvana
yo le llamo hartazgo a los veintiséis
y ya.

Leviathan

Leviathan amaneció
esperando tragar nuestra sangre amarga.

Usted y yo dijimos no
a un mismo tiempo
a pesar del desencanto de los años.

He aquí el porqué
de la amabilidad de la marginación:

Sin él y sin ella yo a Usted
no le habría conocido la piel,
la boca, los ojos, la voz,
su triste y seductora creación.

(Comienzo a creer
en las jugadas del destino
y no tanto ya
en la sincronicidad).

La diferencia es axial
digamos que se llama valentía:

a Usted la dictadura lo seguía
a mi me sigue la incomprensión.

Yo no le hago frente.

Sólo sé cantar de ella y a través de su nombre.

También sé enamorarme de titanes.
El que le ocupa y camina por dentro
y lo empuja al mundo caótico, por ejemplo.

Lo hago con torpeza de juventud poética
y con el expuesto corazón.

Relato cantado (a un payaso)

La vida era chistosa
antes de ti, después de ti
y más allá del trancazo:

tu función era dar al traste
con el trasero nuestro.

La metafísica obró en ti
convirtiéndote en un payaso.

La cosa era que no debíamos
pagar con la voluntad.

Ahora nos quedan muchos puentes, autopistas,
licitaciones y comerciales en la t.v.

Los planetas vírgenes

Canto a los planetas vírgenes
que creó mi mano
mientras dormías mi paz.

Llegado el momento
sería posible mantenerles la vida
con el quinqué de mis respetos
a tu efigie.

Rómpeme las olas
de este castillo hecho isla:
se acabó el cuento de hadas,
tú vendrías por más lunas-obleas
y no lo hiciste.

Rescatista no soy:
hago de todo para refundar
la ciudad y el planeta
que se quedaron inhabitablemente inexorables.

Derrota de una yin

Cobija de asfalto
aquí hay un cúmulo de no-sé-qués
que asfixian a quienes osan el osario caminar.

Pescado frito, la náusea,
la tarde es un pasillo
invitación a desmembrar a Sor Juana;
un par de gotas de agua perfumada
hacen la diferencia
a pesar de la nota significativa
de la derrota de una yin.

Y es que "a la mañana siguiente"
parida ya la tarde,
no significa nada, la repetición de las formas
los rayos, ya se sabe a dónde desembocan:
largas lenguas de cemento con diamantitos-que-se-ven-sólo-de-noche
arriba el puente y la hipertensión arterial.
Dan ansias hablar del caos de otras féminas
no hay paracetamol en los bolsillos del paisaje
huidizo, amoldable a las piernas.

Las canciones solían ser canciones.
Ahora la montaña comenta
que el yang está demasiado absorto
como para creer en la oportunidad
de abrazar entre rosa y roza el cuerpo-tierra, pecho-agua, cintura-luna.

Y no es culpa de los años
más bien algo tendrán que ver los imecas.
No confundir
con la gravedad de la historia-pisotada
-no pisoteada, no todos son vencidos-
de los que habitaron
donde deberíamos existir.

La culpa no existe
donde todo es pena
cuando cunde la ausencia de lo que impulsa
aunque no se sepa bien
si el destino es ser columpiado o columpio nada más.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Vuelve el viento a bañarse...

Vuelve el viento
a bañarse de esta elegía de verano:
todo se dirige al gris
sin esta bandera
barandal sin persona detrás.

Todo cae, incluso la muerte.
Cronos no gana, pierde el tiempo
de cada cual.
Por eso yo quería ser mariposa reloaded
llegar, libar de Usted,
hacer magia,
platicar un cuento con las chispas
del cloroflúorcarbono
que a tantos interesa
dejando atrás el monstruo de la humanidad.

Fabricar un papalote que rimara bien
como los cuerpos a destiempo
que aprenden a brillar y a verse el uno al otro
en la oscuridad de una época
que no fundamos
que nos confunde
y que nos regala el vacío para aprender a querer.

Dígame si estoy mal
para borrar todo lo escrito.
Menos el viento que me baila seno adentro
porque mis manos están con el ansia arriba
de lloverle besos a Usted.
(Y en un descuido
una noche cualquiera, pero no puta,
le llene la soledad con un canto más alegre
que el que los dos acostumbramos a recitar).

sábado, 5 de septiembre de 2009

Sereno medular (con su voz a mi salud)

Capitolios de versos:
alúmbrenme esta manía
de ser luna roja
lunar violeta
mantra sideral
en tiempos de no ir "noir"
y más bien a contracorriente.

Ya de desmembrar la canción
más imperfecta de mi vientre
me encargo yo
a eso del sereno medular
de las seis.
Y con su voz a mi salud
y entre mis labios cubiertos
de la fina película que es su poesía azul.

Espacio muerto

Me lanzaré al espacio muerto
entre las cuatro y las diez de la mañana
para alcanzar la plenitud
de lo que no fue
en mi mundo de la veintena.

No quiero despertar
si no hay una ventana abierta
con la posibilidad de una abstracción
extracción, abducción, qué sé yo
de la palabra esperanza.

Y todo esto
porque hago que mi tambor
aguante
frente a la isla
que me regaló sus palabras de viento
a mi tierra sin sembrar.

Humana

No tengo preguntas para Dios
excepto
si las guerras acabarán pronto
si los pobres dejarán de serlo
si los poetas no viviremos más el encierro
de vivir en el aire y al margen de los demás
-aunque muy dentro de sus pasiones y de sus complejos
de sus efectos dominó
y de sus egoístas fines-
por qué nació tanto tiempo antes que yo
por qué no tengo otras armas
que lo convenzan de iluminar mi páramo.

Aunque francamente
no me es indispensable saber
la respuesta de las tres primeras.
Esas te las contesta Aristóteles, Lyotard
Kelsen o Kant.

Las otras sí:
humana enamorada a destiempo
otra vez, como siempre,
soy.

Todo estará bien

Todo estará bien
mientras haya nubes que parezcan botes
y una moneda
para dar en la mano de alguien
(todo con tal de sentir el tacto
de un ser humano
que tarde o temprano
morirá de hambre).

No es verdad.

Todo estará bien
mientras persista en mi memoria
su figura, su índice, su arrastre.

Todo surgirá mejor
si algún día me toca la suerte
de decirle el número de suite permanente
que tiene en el mío aquí dentro.

Paso número dos

Paso número dos:
No me pregunte por qué lo extraño
así tan nube, así tanto
tanto kilómetro desde su Yo y el mío.

Será que la soledad hace ver
muy adentro de las personas.
Su radiografía daba señales
de ser lo que yo tanto quería
cuando pensé que era posible
quitarle los grilletes al amor.

Mi vista es de rayos X,
no piense que es Usted el que me radiografió a mí.
Aunque esté más que miope,
ciega de toda realidad posible.

Placer del vórtice

Qué placer
sentarse en un vórtice
de lluvia, fango y viento
sentirse el vórtice mismo
no hablar jamás de otro intento.

Hay que nacer
y se nace aquí o nunca.

Honraré el vacío que he legado
mirando desde el balcón inocente
que supone me acompaña a ver las estrellas.

Pero yo lo quiero cohete y no balcón
no lo quiero red, lo quiero pase a la nada
ahora.

Qué bonito frota este insuflo divino
mi par de piernas hinchadas
todo lo celeste, todo lo azul
está tan cerca
que creo mirarlo con un telescopio.

Una mente en blanco, violeta o guinda
da lo mismo en tanto sea vórtice lo que muere
para renacer una noche cualquiera
en que todo parece igual
pero ya no es así
ya no más.

Nadie espera nada
tampoco a mí.

No hay olas

No hay olas
pero sé que están aquí
porque me golpean
con esta luna que parece llega
para esto acrecentar.

No hay nada salvable
en mi
no soy defensora
no soy creadora de mundos paralelos
no canto anhelos, elegías, discordias o filosofías
no soy Eva de ningún Adán.

Soy la corneta que llora cantos fúnebres
todo emerge de una concepción no natural
y esta noche
me ha dado por creerme
que soy demasiado imposible
para funcionar aquí.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Entre más verdades

Dicen que entre más verdades diga uno
más se va quedando sola la voz
que lanza tales verdades.

Tal vez por eso miro a mi alrededor
y la gente anda feliz como en carrusel.
Así resulta que todo objeto girador
es llamado vida del hombre promedio
y no estoy invitada a subirme en él:

Llega Abandono a mi puerta
y yo le digo que entre:
sé que saben que puedo tolerarlo
aunque de pronto llore
no sé si de tristeza, frustración o soledad.

Intuyo que algo similar
le pasa a Usted.
Salgamos a pasear por el hueco que deja
la ignominia neoliberal.

Hagamos el amor
recuperando en la palabra
la capacidad de transgredir todo pasado
todo presente
y desechando al temido futuro.

Luego le juraré que el día sí renace
-es el mismo, wash and wear-
y se llena de las sílabas en trinidad
formando
-como si de siempre nos conociera a ambos-
su nombre.

Campo semántico

Intento concentrarme
en su paso de éxodo
por mi vida.

Los minuteros me dicen que duerman
yo les condiciono mi descanso
si puedo soñarlo a Usted.

Aunque sea de espaldas a mí
como la otra noche.

Y, no sé, Usted me despierta la ternura
que tuve de niña
y dejé encapsulada
para no perder pie ni pisada
en el juego de la jungla asfáltica.

También me despierta otras cosas
pero esas no se las digo
en este poema
porque el campo semántico
es otro,
asociado a la raíz latina
de la palabra semilla.

Reanagnórisis de la anagnórisis

Anagnórisis
es la palabra redescubierta
del día.

Resulta que he descubierto
que comienzo a redescubrirme
ahora que los campos de batalla
se han quedado sin flores
y el suelo fértil espera
a que una lágrima en exilio
quiera una gardenia o un crisantemo,
-da lo mismo
mientras tenga estambres y pistilos
y huela colorido-
en mi tierra cuerpo tatuar sembrar.

Quizá yo no sería la tierra prometida
la arrancada, la dimitida
pero juro que haría mil acrobacias
para convertirme en un hogar de libertad.

Cosa curiosa

Cosa curiosa
esto
de extrañarlo a las tres de la mañana
y a mediodía y por la tarde:
entre más pienso,
más lo respiro a Usted.

Y yo que sólo soy
para sus ojos cambiantes
un holograma cuasi sideral
que intenta cantar la poética de sus días
nomás para decir que hizo algo en la vida.

Cómo me gustaría
que me recitara el Sol de esta noche.

El génesis de mi vida

Yo no sé cuál será el génesis de mi vida
el mito fundacional de mi pueblo
no tengo pueblo.
Tengo heridas que son rayas en las manos
estrías de mujer que no ha parido un amor profano.

No me interesa saber mucho de dónde vengo
sino más bien por qué estoy aquí
con la vesícula a flor de piel
el discurso ensordecedor que no mueve masas
porque la masa no corre
camina, cuando eso quiere.
Se hornea y se forma en muñequitos
no más.

Me interesa saber
a dónde voy
y si hay un dios que sea digno
de ser amado por mí.

He reciclado los últimos dos versos.
Nadie se fija en nada
resulta que me llueve postmodernidad a raudales.
Mis vestidos están mojados
y aún así se mantienen con la línea del planchado intacta.

Volován

Después de la ira de este volcán
no queda mas que disociarse
entre el vaso de leche y la galleta.
Convertirse en volován de cinco pesos
no pensar en nada
a ver si uno le atina
y deja por fin de existir.

Algo me dice
que la existencia depende
de que uno mismo se piense a uno mismo.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Haga la diferencia

Ojalá que su estío en la cópula de su otoño
me supiera llover las preprimaveras
del sur que jamás ha perdido
y a mí tanta falta me hacen
en tiempos de extrañar algo más que la patria.

Digamos, amor, por ejemplo.
Aunque me conformo con poesía.

Ojalá que esto no quedara
en un simple poema
y al fin no se me agrediera
por sentir lo que he sentido siempre y hoy.

Haga la diferencia,
bofetadas no.

Casi estoy segura que su creación tampoco piensa
que el amor sea una lata de cerveza.

PD:

Y si yo me equivocara
entonces déjeme este sueño feliz
para avanzar otro tanto
de aquí a la treintena.

El silencio es el regalo sustituto
casi tan preciado como el oro asfáltico
cuando la poesía y el alma
no pueden o no quieren dar para más.

Los antropófagos de la postmodernidad

Ojalá que también a mí
alguien me pidiera dar la media vuelta
y no desaparecerme más.
Yo visto de alteridades la noche
las otras yin la desvisten
y todo queda limpio, fresco, albeante,
listo para no mortificar las paces
entre la dualidad macho-hembra...

Con el tiempo
uno descubre su vocación:
quien haya dicho que soy sensible
se equivoca.

Lo mío es llenar de flores
los campos que no las necesitan
porque más que campos, son condominios.

Lo mío es hacer el ridículo.

Así lo dijeron los antropófagos de la postmodernidad.

Voz

Lo amo.
Aunque la idea lo espante
aunque me mande con Platón
a dialogar largo y tendido.

Es sensual la sinapsis de su verso
es embriagante la indolencia de su paso
de joven a viejo
que lo hacen ganar entre los imberbes
por muchísimo que ya no sé contar con los dedos.

Imaginé en la noche lluviosa y aburrida
que me permitía tomarlo por la espalda.
Había algo más que un hueco lleno:
era filosofía y era poiesis y se llamaba su nombre.

Lo amo.
Aunque me mande a la lona.
No supe cómo
pero le di lo que aún sobrevive de mí
tras las bombas de todos estos tiempos años
en el olvido del yang:
mi corazón, la razón primero, tal vez.

Las faldas se levantan hasta después
y con la misma pasión
de estas ganas de escuchar su voz.

Sólo su voz, estar dentro de su voz
tener dentro de mí su voz.
Volar su voz, fragmentarme en su voz.

Mi nombre

Me llamo Tristeza
espera de mail, foto en el messenger,
jaculatoria de besos que ni en sueños
me atrevería a entregarle por escrito.

Y me llamaban seno vacío
antes de mí, después de mí
y mucho antes de sus canas en mi avenida principal.

Me nombraría diferente
algo así como lumbre, planeta refulgente, estrella,
fogata, animalillo nocturno...
si su verso vital supiera regresar el tiempo
y la primera de agosto no diera para adelante
pero tampoco para atrás.

Todos me quedan demasiado grandes
por eso me gusta
tirar la ropa antes de correr al mar.

Culpar a alguien
es como darle de comer cianuro a los pájaros.

Me haré nombrar Soledad
hasta que Usted regrese al centro azul violáceo
de mi páramo
y los dos cantemos en Si bemol algo muy bermejo.

Entonces seré Edad del Sol.

Cantando odas (al desencanto)

Vuélvame loca
descubrirá que ya lo era antes
de conocerme.

Entienda mi insistencia
pocas veces me topo con la vida
cinética parida en día de eclipse solar
cantando odas al desencanto
y encantando paredes
hasta derrumbarlas
para luego libertar a quien se deje.

Yo lo miré directo a las manos
y no lo supe decir
habría sido más sencillo
morir por la transformación de sus vanguardias
que estarle escribiendo tarugada y media
por aquí.

Pithecantropus

Pithecantropus salió por la leche
la mala leche que nos nutre
ahora, piel de luna que se muere
porque no están sus palabras
invadiéndome la piel.

Estoy al paso del grito
estallido pernicioso que crujiría los dientes
hace falta tener sus lentes
para la paciencia acaparar.

Pithecantropus salió a ver
si los correos dicen su nombre.
No hay palomas mensajeras
sólo está la tonta que escribe
y curiosamente soy yo misma.

Hace falta oír su voz por aquí.
Qué regalos divinos me hace la vida
unos muy efímeros, como si supieran
que lo mío no es perentorio.

Pithecantropus regresa con las manos huecas
se parece a mi vecino
que saluda por saludar.

La vuelta de tuerca de la tierra
es un absurdo rimado
si no respira en mí.

Por eso dicen que aquí comienza la penitencia
qué condena me regala, señor libertad,
con su cuerpo a no sé cuántos kilómetros de aquí.
Y yo iridiscente como luna de Saturno sin ser descubierta.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Sonría

Sonría
de todos modos
Usted está aquí
y nadie le preguntó
cómo se encontraba
o si de acuerdo estaba
vaya, si hacerlo quería.

No...

Usted se equivoca.
Usted importa aquí,
así que algo magnífico sería
verlo sonreír
por este remedo de poesía.

Fin de la disertación nocturna,
lo imaginaremos
mi cama y yo
mi cuaderno y yo
mi cerebro y yo
mi carro-palomo y yo
mi universo y yo
existiendo para que no mueran las ideologías.

Clic.
Septiembre iniciando combina bien con su sonrisa:
es el otro lado de su poesía.

Yo les hablé

Yo les hablé del derecho a la revolución
y del derecho de la revolución.

Ellos armaron su reinvolución
corriendo por un burrito de deshebrada.

Yo les hablé del derecho a la revolución,
de la condena a ser libres que dijo un nauseabundo;

Y descubrí que era hora de checar tarjeta para salir
Ariadna olvidó dejarme su ovillo.
Tuve qué ingeniármelas solas
para volver sin juventud.

No sé por qué pensé
que podría vestirme del Flautista de Hammeling.

En el umbral del martes al miércoles

De nada sirve
el triunfo de los Saraperos
que se les dedique un museo
desfile, verbena
taquitos, basura, gentío en desbandada
alegría al vapor.

Anteayer mis golondrinas
quedaron huérfanas de techo
como si supieran que las dos terceras partes del mundo
viven así,
incluso los que tienen hogar.

Ayer justo regresó el agua
desde cuándo se convirtió en tema de capatazgo
no lo recuerdo
yo nací con la impronta de eso hace veintiséis años y un poco más.

Ayer nadie se paró a dar un informe
nadie pensó que fuera necesario presenciar
el espectáculo más tristemente actuado
de toda nuestra vida nacional.
Pero dan ganas de retroceder en el tiempo
y pedir otro instrumento
para no darle al traste con el paseo dictatorial
a lo que una ley dijo sería ley.

Y hoy, no sé,
estoy en el umbral del martes al miércoles
bien dicen que los poetas
o los que intentamos serlo
viven siempre al margen
de toda vida, de toda imagen,
de toda ciudad
y de toda impunidad,
también:
nosotros pagamos lo que otros sufren
porque sentimos el todo
manejamos el sueño.

Caña y alcoba

Las cosas se llevan bien y no porque sean
llevaderas
las cosas son así porque no hay de otra
el determinismo nos agota, la cábala siempre gana
frente al pensador.

Las cosas se llevan bien por los ratos
los raptos, elogio de uno mismo charlando con su otro yo
kilómetros a distancia, sexo opuesto
años antes de existir.

Ese montículo arrinconado que robamos
para no estar siempre llorando contra el rincón
y encima quedito, para no despertar a los otros de su letargo.

Algo suena, algo sueña,
algo sureña, sirena. Juego con las palabras,
pero digo una verdad irresoluta:
puedo intentar estudiar el trigo que no fue
porque yo no existía
puedo dejar que estudie en mí el maíz
que no fui
porque no pude parir amor a la medida
aunque yo haya pensado lo contrario.

Pero puedo ser caña y alcoba
viento y tierra
y quién sabe
si fecunde unas letras
algo que lo haga sentirse en casa,
algo que me deje reivindicarme
como la mujer que no fui antes y ahora soy.