jueves, 10 de septiembre de 2009

Fuego de nieve

Qué fuego de nieve le crece la cara
que mis ojos no pudieron zafarse ya.

Vuelo viento abajo:
la pesadilla no es dormir tres horas
y tenerlas.

La pesadilla es entristecerme
por la fragilidad de la distancia
en cuerpo, alma, tiempo, espacio y
corazón.

Clóneme su cuerpo. Dóneme su creación presente
la más efímera,
como este agravante de todo mi dicho
llamado juventud.

No hay comentarios: