Ya no quiero que me utilicen.
No soy Salomé
no sé bailar conga
y tampoco sé
lo que creen que sé.
Sólo soy yo
lo que ven aquí
es todo lo que puedo dar.
Malaventurados todos
los que creen que la libertad del amor
es igual a un crepúsculo confundido
de pieles de ocasión.
Yo no espero el príncipe verde
tampoco al sapo ni al azul
ni el que reconozca que antes de las ocho
el cielo es carmesí.
Espero un poeta.
Uno rebelde y contestatario.
Dígame por favor que sí.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario