Agua de fuente quebrada
la maternidad es un carro lancha
y la soledad es mi ciudad sin su barba
sin sus canas y con mis ganas
de poseer el secreto
que hipnotizara su hombría
su abrazo alrededor de mi cintura
su cuerpo en mí.
Nada de lo que está allá afuera flotando
entre piedras y raíces
pieles sin bloqueador solar para el corazón
los ojos o la ajada piel
me dice que en realidad debo vencerme
a la inercia de su estulticia.
Parece que quiero ser Olivetti 1979.
Resulta que nací tres años después
y con el bilé sin estrenar.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario