Hay un bulto de media tonelada
un quintal, pues
a las cinco de la mañana.
Un quintal a las cinco en cada pie.
No habrá viajes.
No hay mañanas.
No a nada.
La cosa está así:
despertar siempre es
lo que la realidad te regala
entropía que no está a mi favor.
Y un paso dulce,
como de asfixia
remata el pie
de todos mis poemas magentas.
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