jueves, 30 de enero de 2014

Galopante
gota de río bajo flores violáceas.

Por ti lloro la ausencia
como un muñeco de cuerda.
Por ti corro las horas
hasta dar con la química de tu beso.

Aire vivo soy
antes lejana tierra.

Tú puedes oír el golpe de mi propio oído
tú puedes sentir la textura de mi mano buscando tu mano.
Tú lo puedes cambiar, magnificar todo:
claridad sin espejo
aquí estoy esperando por ti
para que me vuelvas a escribir
tus signos de esta vida.
Mediterránea.
Atrás quedan los nudos de sal, Leda
amante cisne colocaré en tu cintura
para cubrirte el pubis.

No hay sol que por ti no aparezca, niña
no hay rostro de dios ni de sangre
que por tus manos no se nombren.

Mediterráneo.
Delante de ti están
los amaneceres de los cuatro tiempos.
Antiguos discos de bronce y eurítmicos
que vuelan hacia ti
para recordarte cuán eterno eres.

No hay sonido que de ti se oculte, niño
no hay rastro de dios ni de ternura

que hasta tu cuerpo venga. 

miércoles, 29 de enero de 2014

Existes.
Me fecundas la savia letra
con cada beso
colocado en mi mejilla
en los bordes de mi sexo
en mi antebrazo
en mis ojos entregados ígneos por ti.

Mi lengua aprende tu lengua.
De mis manos brotan signos
para amarte.

Hoy hace frío y me siento en paz
no crecieron lunas para los árboles
fueron los árboles los que hicieron crecer la lluvia
y luego aquí la esperanza
vaga mansa tardía
como todas las máscaras de esta impronta
de cielo milenario en sepia orgullosas
orugas botones copos.
Fe acidulada de sangre de ciclo de hembra.
Orificio sacrosanto donde filtró la trinidad
un eco dulce de quetzal algún rubí de colibrí
de ala ahíta de amor
de esos amores que ya no se hacen.

Pero a mi puerta llegan. 
Lluvia de cero
mueve las caderas del asfalto
vuélvete asiento de café
léeme la entrepierna
interprétame la raíz de mi corazón.

Entre lluvia voy rememorando
la densidad exacta de su cuerpo.
Con gotas de lluvia enerosa
voy marcando los alcances de su vista.

Nace de mí el orgasmo de amor
insólito bosque donde me reconozco otra
cada vez que busco su rostro
para mirarme en él.
Costumbres sí
pero de las buenas
perpetuidades como planas
tareas serenas:

yo te escribiré te quiero
aunque en realidad ya te amo
y por teoría tengo
que no hay pasado ni futuro
siempre presente renovándose.

Como el beso que se escribe igual
y no sabe a lo mismo.

Sino más grande
más combatiente en tus hoyos negros
de negra ausencia de fuego y aire.

Costumbres, sí
pero a mi raro estilo.
Hombre
héroe
macho
niño
matador
rey
amo
 
Ruega por la del norteño tálamo
que no duerme 
por ausencia de tu latido
que no come bien
porque eres su carne
que no está del todo aquí
porque ella quiere estar siempre contigo

en el silencio y en la obviedad
en lo cotidiano y lo perfecto. 

Amo
rey
matador
niño 
macho
héroe
hombre amado mío. 

En tu sombra y en tu luz 
el fuego y la vida. 
En tu ausencia 
mi yo buscándote a contraterreno. 

martes, 28 de enero de 2014

Flor de arroyito
la primavera de enero te guarda
y yo, aguanieve
espero tu brazo ígneo
para reanimarme en tu fuego.


lunes, 27 de enero de 2014

Tam tam tam
Con el cayado de un cosmos
muy tuyo, muy de dios
abro la tierra.

Tierra sirena
envuelta en orquídeas de arena y sal
medusas conversas
que escriben un trozo de mi agua.

Has venido hasta aquí
has pronunciado en mí tu playa.
Oh sol de bronce
guárdame los días de alba y añil
hasta perderme
en tu dulce memoria
de un caos sin final.

Tam tam tam
con la lluvia de un pajarito blanco
que es mi ánima
y enclavada en ti está
yo abro mi corazón
aunque duele.

Te ofrendo sus arterias
su sangre chorreante
como las magníficas noches blancas
que me has dado.

Te ofrendo su latido
su guía su pulso su esplendor
también su miedo atávico
su resquemor de planta y huella mamífera.

Todo es tuyo por derecho de conciencia
conciencia hombre
fruto de carne bendita
de la divina enredadera.

Tam tam tam:
mediodía y te hablo
tam tam tam
medianoche y te arrullo.

Eres la piel del silencio
mojada de estrellas verdes.
Eres la piel del grito
mojando paredes rojas.

Tam tam tam
un grito es una canción que es un hito
fortuna para un elegido
macho o hembra
de las piezas a merced de la lluvia de amor
girar.
Entre tanto mito de los hombres
resultas ser la canción más bella
no habrá minuto o espacio 
lunar o fuego
en que yo olvide tu armonía. 

Salgamos a la luna
te dije a noche
comeremos alegría de plata. 

Salgamos al sol 
te digo ahora
vibraremos el fuego
al ofrendar el sabor 
de nuestras bocas. 
Me vistes me mojas me amasas
vuelvo a abrir los ojos
arcilla maíz en tu anafre
todo está puesto en tu cuerpo

tus utensilios son las partes de tu cuerpo.

Abre el sol sus armas
tú has abierto de mí todo
amor, tú has dado luz
a cada puerta abierta.

domingo, 26 de enero de 2014

A las diez y tantos
cincelo tu cuerpo
con cada falange en mí
brazo de aire
cortando al aire desde su cama.

Soy la oscuridad añil
que espera tu rostro
la enunciación de tu nariz
fosa desde donde ocurre
el milagro del pranah.

Soy la mujer de arcilla
esperando tu palabra
para echar andar mi mundo.

También soy un signo escondido
aguardando en la fila de los signos
de tu hambre.

Votiva voz
a tu magma y tu alegría.

Hablo de causas y azahares
te respondo el efecto de una ola
atravesando mi propio muro.

Amaneceres no sé cuántos su densidad
su desventura y desventaja
hasta dar con el peso absoluto
de tu piel coronada de tu luz azul
cincelándote
otra vez
como si el renacer hindú
fuera cierto
en la misma carne.

Podría quedarme en silencio o no
bajar mi propia escalera
descender hasta engañarte
con la oscuridad que alguna vez me habitaba.

O no.

Eres mi camino
la exégesis de dios y del mundo.

Te camino y esto es dorado
y se vuelve adoración antes que vicio
y se deslumbra mi ego
y lo vamos debilitando.

Algo siempre duele en el nacimiento de una Venus.

Aquí se trata de la distancia.
Tradito paciencia a cambio de tu bendición.
Todas las luces
Señor del Lucero
puestas en mi ventana.

Toda la sangre toda su savia
listas para cubrir tu bronce.

Amo del destello del Ónix
todas las preguntas olvidadas.
Brillaste y fui llamada.

Lo demás es mito fundacional
canción de amor
para cuando nos abracen las raíces.

sábado, 25 de enero de 2014

Rojo 
caracolito embriagado
de sal antigua
verdes mares 
Amoxcalli
te hemos escindido del todo
fiesta sol milpa.

Ritual. 
Tonalpohualli de azúcar
para tus niños muertos.

La flor no ha de disparar
la flor está ahí
a la espera de la enunciación. 

Nakayotl.
Brazos, piernas, rostro.
Todos somos hijos 
de un mismo ombligo.

Tlapalli
caracolito embriagado
surcando las horas
que se van. 

Bastaría salvar
una gota de ámbar y saliva
resguardar palimpsestos
un dedo de sal
bajo la lengua.

No todo lo que está escrito
es perecedero.
No todo latido
es capaz de ser escrito.

Flor de agua
no lirio.
Azul cuaderno
no hombre, dios y centro.

Así los sábados sin ti
(o martes o viernes)
vienes
me mojas tiñes índigo la gran arteria
expongo mi teoría:
crepitar de cabellos en tu horizonte
sé que el silencio hubo ser mortal
y ahora tan lleno de nuestro beso eterno.




viernes, 24 de enero de 2014

Tu abrazo de violoncello
a medias luces.
Tu abrazo de azul prusia
inmovilizando mi cuerpo.
Tu abrazo llenando vasos
de eternidad
expulsándolas como proyectil
en la tercera guerra mundial.
Tu abrazo fiero de gota de lluvia de ojo rojizo
de niño y de ombligo enterrado
en el seno de otra vida.
Tu abrazo bendito de pila bautismal
de chocolate y yerba buena
ácido
de cruda y vino tinto.
Tu abrazo de sol y de sombra
de explorador sin miras a terminar
el viaje.
Tu abrazo, carajo
elemento ausente de la tarde.
Tu cuenta regresiva
es inútil
para un cohete sin piloto
como yo.

Yo no creo a veces
en la bondad de los santos:
martirio si te busco
en las olas de segundos muertos;
martirio cuando se termina
el breve instante
en que nos fundimos
a través de las horas sagradas.

Yo a tu cuenta regresiva
la visto de saliva y entraña
de medias caladas
de cabello suelto

porque ahora estoy fiera
y no estás conmigo.
Papeles
simples
acomodados bajo la glotis
de un volcán
o de una hembra leona
oculta en la sierra.

Papeles
dispersos juntos llenos de café
de arañazos de selva mesa.

Tú deberías estar aquí
tipografiándome la espalda.


Papeles azules
una fronda de virgen perdida
asustada

llega el viernes
su inmaculada percepción festiva.

Que dios guarde
a los que estamos sin la mitad del sin ti
a los que pendemos de otra dermis.

Mientras tanto el atardecer:
1984, debiste volver más añil
para darte este tormento.
Ónix hierro barro cedro
húndete en mí
vuélveme vasijita de leche galáctica.

Sobre una lengua de fuego
están mis plantas.
Una lengua de fuego
saborea la sal de mis tetas
de las entrañas todas
de la boca leona de un mundo acuífero.

Hágase tu voluntad.
Rómpeme entre tus huesos.

Oblígame a callar
para hablar contigo muy despacio
abierta la entrepierna de mi noche.

Te morderé la vida
al vaivén de mi grito y tus caderas.
Te morderé el brazo firme de tu santo
porque estoy hambrienta de milagros.

También voy a adorarte.
Como las putas al caer el caramelo de su sol
o como cuando beben agua de orquídeas
y se vuelven más mansas o más perversas.

Ónix cedro tu dama soy ardiendo.
Llámame de explosivo vientre
y luego, otra vez
este sueño.

jueves, 23 de enero de 2014

Una letra al amanecer
ocultando el deseo de tu coxis
de la danza de tu coxis
en mi púbico laberinto.

Una frase común para la comunicación
de mi llama 
buscándote, nitrógeno. 

Una letra que vestirías de carmín
si me vieras tendida a las ocho
tocándome.
Escarabajo de oro
de sal y miel 
tus alas proclamas. 

Son frases antiguas
rituales

sobres de té 
para la magia. 

Todas vienen de ti
ocres gasas
exigencia para la adoración

Falo de cedro y esmeralda. 

Tras la cortina blanca
veo correr tus columnas cobrizas

sombra de heno 
humo de opio y avellana.

Cuéntanme que escribiste un verso
con hena y semen 
en mi falda. 

Que una pulsera de oro
al anochecer 
tu beso colocó en mí
haciéndome tu esclava. 

Pediste un soplo 
y un soplo te di
con rojiza arena 
venida de Etiopía. 

Alimenté tu boca 
con dátiles de mi casa. 

Escarabajo de oro
yo tu ardor aguardo
para vivirlo una noche de agua. 

Yo tu amor aguardo
un día

y por eso esta luna te canta. 

miércoles, 22 de enero de 2014

Sierra leona, sierra azulada
cierra la inquietud
niña del alba.

Las cosas a veces fluyen
en el lenguaje de un dios
que nació en la contracara del mundo.

Y sin embargo, la sierra.

La dulce y mansa montaña.

La vida es esto, hermana,
una canción a los tres en el periférico
una veladora encendida aunque no te diga nada.

Otra vida te fotografiaría
pero del fluir
yo tampoco nada.

Sierra leona, sierra azulada
ábrete al mundo,
niña de mi alma.



Para Claudia
Pondré mi mejilla sobre tu rostro
mi pecho sobre tu axila
mi lunar sobre tu pierna:

así se unifican las estrellas

y yo brillo aquí
orbitando hasta lamerte la luz
que corre por tu espalda.


Qué mundo este
jorobando amantes
a mitad de camino
muy cercanos a la caricia.

Estamos cansados.

Tú de una carretera de cifras
yo de la distancia que me impide
tomar tus pies y cuidarlos
o darte el té que siempre me sobra
porque me da por hacer cantidades dobles
como si de pronto fueras a llegar a mi casa.

También quisiera que me ayudaras
a quitarme el traje de rapsoda de causas perdidas.
Después de las diez me pesa
y sin ti yo sigo dándole vueltas
al hamster.

Te mandé a dormir sin decirte
que me gustaría ser tu manta
cobijarte porque hoy ganaste otra batalla.

O mejor aún
que te amo
y estoy perdida.

Pero dije descansa
pensando que lo englobaba todo.


Una luz dorada
gajo de naranja a las cuatro
un nudo abierto en la garganta
esta feliz postal 
de tu noticia cuando sonreías.

Grabada dejé tu risa de sábado
en la mesa de tus amigos.
Eras príncipe y un honguito
creciendo a la luz de la caricia 
de una, dos 
veinte vidas refulgiendo.

Música para tinto en do mayor.
Tu perfil apareándose
con el sol de tiempos sagrados...

Entonces este abrazo de mujer
inconmensurable
asombroso e ignoto:

Mucho más allá de mis lindes
te quiero.

Héroe
mi karma has superado. 

martes, 21 de enero de 2014

Besar tus ojos
esas dos cuentas
que me hablan que has visto
colibríes aprendiendo a volar
crisálidas con mi nombre
buscándote.

Besar tus ojos
húmedos, de fuego
tus ojos de tierra negra y rojiza
tus ojos que me conectan hasta ti
y a todos los días previos
de nuestro mundo.

Besar tus ojos
el mito fundacional
con el que dirán todos
que te amé
cuando yo ya no esté viva.
Como un vals de olas blancas
estas caderas nuestras
habitando la vida 
más allá de la cotidiana vida. 

Si el desafío de volver a vivir
para saberte y tenerte en mí
y volverme tu oído vaginal
viniera

lo tomaría con la fuerza de tu embestida
porque, alma, la promesa de tu fuego
es bendita. 
Llegará otra vez el día
un trozo de pan
a la espera de ser comido
por tu boca o mi ansia.

También llegarán las noticias:
tráfico, libros, demasiados
gente, muchísima.
Tú y yo sentados en la banquita
donde esperan los que aman
a pesar de todo lo que les ha vedado el mundo
o quizá por tal motivo.

Mi vida sin ti es una bandera lavable
que sirve para ahuyentar la vida
e invitar fantasmas.

Mi cuerpo sin ti es un cable
por donde no pasará ningún relámpago.

Mi alma sin ti es una historia griega
escrita por un marinero burlón
que decidió cambiar de isla.

Mi corazón sin ti es un estuche y es herrumbre
vuelto a enterrar en la primera sílaba de mi nombre
hasta la reencarnación de tu existencia.

Llegará otra vez el día,
como llega el orgasmo desde ti
en este instante.

Devoción

Tatué mi grito en tu carne
para que siempre recuerdes
quién te ha mordido
con tanto amor.


Tres noches de sol negro
de auroras seminales y tibias.
Cantos de amor entonados
por el animal que fuimos
antes de nacer
(perro de agua, loba, leona)
orquestados por dos almas
que coincidieron
en un siglo adverso.

Tres noches de sol negro
para sentirte entero
sol negro para mojar mi espina dorsal
en tu dermis exacta y pura
enhiesta como el árbol
que abrazaste en mi fotografía.

Tres noches de sol negro
y la recomposición de tu carne
y la mía:
agua soy para lavar tu espada
cajita soy para albergar tu ola
una galaxia en flor para tu estrella a mil relámpagos luz.

Fuimos aritmética divina.
Uno más uno es uno.
Cuatro muslos y dos dorsales
siguen siendo uno.

Tres noches de sol negro
y la vida.
Tu muslo eternizado frente a ese espejo
donde dibujamos
yo mis nalgas con vestido azul
tú, la espalda que abrocha tus cintas
antes de partir.

Luego, el reflejo de una mujer desnuda
tocándose a imagen y semejanza de tus yemas
llorándote como lloraron las mujeres
de los guerreros cuando partían.

La tarde es fría
las ánimas han ido a pasear
por los rieles de una ciudad
que estaría mejor
de tenerte en mí
dibujándome periplos en mi sexo
enterrándome tu poder
hasta darle abrigo.

Me toco
solamente por ver
si aparece tu cuerpo
el lápiz con el que escribes gemidos
venidos de un lugar galáctico
atávico
total.

Vendrás, me digo.
En éter o en fuerza brutal
en supernova o en beso tibio.

Vendrás porque no tiene remedio este castigo
excepto el de fundirnos
como cada noche
más allá de lo que la realidad
nos aporta como distancia.

lunes, 20 de enero de 2014

El cansancio y la felicidad
son inocultables
dicen los árboles ancianos
y las abuelas de raíces blancas.

Debe ser cierto, mi alma de agua
hoy siento y no escondo
este dolor jugando a las escondidas
en recovecos sublimados por tus dedos
o esta felicidad de andar cuesta arriba
sabiéndome grande
porque te pertenezco.

Un viento rojizo aullando en los pezones
las vértebras abiertas estiradas reacomodadas
en el caudal insomne de tu cuerpo.

Hay heridas de batalla rasgando mi entrepierna.

Hay un eco de ébano y sal
cosiéndome de nuevo
un cuchillo almizclado
probándome suya.

Voy al campo de guerra.
Atenta estoy al llamado
de tus municiones anunciándose.

Cuesta arriba caminando declaro:
no hay posibilidad de mi cuerpo
si no está atrincherado en tu cuerpo
no es posible su sombra en el asfalto
sin tu latido
no es probable la floración de mi dermis
sin tu fuego.

Un viento rojizo renombra mis pezones.
Aullido soy
y es tuyo.
Serías el corruptor
de postulados amazónicos
o de mi adolescencia obcecada
(la dosis te asustaría)
en renegar la dualidad 
de los ángeles en la tierra:
uno más uno es uno,
cuando un hombre se funde en una mujer
la aritmética falla.

Llegaste a tiempo.

No hay corrupción tal ni herida
aquí te esperábamos la niña y yo

para entender que el tiempo es perfecto
como es cierto que las penurias tienen su bonanza.

Escribimos a nuestro éter
que eras tú 
el otro lado de nuestra luna.

Nadie refutó la teoría ni su magia. 

Pude haber sido un pirata en tu barco.
No fue preciso:
en mi mar anclaste tu arma. 
Voy a trenzar tus besos
hasta hacerle una manta
a mi piel que te aúlla
a este nombre que te invoca
para que le purifiques con tu saliva.

Voy a estirar mis huesos
hasta formar una escalera
con destino a tu vía láctea.

Voy a sentarme a esperarte desnuda
con mi pan entre las manos.

Voy a escribirte poesía en la espalda
apenas llegue la luz del día
y mis yemas prendan como fuego.

Voy a cantarte un te amo
escondido en el grito.
También voy a tatuarme los recuerdos
en la entrepierna
y el corazón

porque esta noche
de nuevo me haces falta.
Una hiperactiva bajo el sueño del sultán.

Se levantan las sábanas
como el sol perfilándote, luz azul
la guerrera y mansa melodía.

Abro mis brazos a tu arbitrio
mojo mi rostro en tu leche.
Soy una flor mirando por la ventana.

Ando buscando a dios
para decirle gracias por oírme.

Sólo veo habitaciones llegando al cielo.

No es malestar a las siete veinte de la mañana, vida mía
te dije
justo después de comprender
que la divinidad que buscaba para alabar
dormía
y contenido en ti estaba.

jueves, 16 de enero de 2014

Otra vez tu perfil esperando
a ser devorado devotamente
por mis ojos.

Tu nariz es mi lámpara
y la luz con la respiro.
Tus labios son mi guía,

Tu risa es mi camino.

La una. En unas horas despertarás
sabiéndote amado
sin necesidad del sol.
Toc toc
el miedo llama a la puerta.
He dicho que soy feliz
y su sombra viene a jorobarme.

No la dejes entrar.
Yo todos los días
mi devoción te profeso.
La noche como estola de rock
y tú y yo en el trance
en el que nos hemos subido.

Tu nave como un laberinto
con salida a nuestros cuerpos.
Tu nave cargando combustible
mientras reímos.

Las estrellas son
[y te diré una cátedra imaginada]
pero en realidad son infinitas.

Apunta hacia allá.
Una elíptica de besos
nos espera.
Voy a recostarme con los brazos abiertos
simulando el recibimiento
del campo blanco y verde
que me entrega tu alma.

Voy a acariciarme el tiempo objeto
con las palabras vivas
de tu lengua.

Voy a escribirme una carta
para que leerla cuando era niña.
Le diré que espere quieta
que en mi década
llegaste, loco y único
y la vida baila.

Voy a dormirme pronunciando tu espacio.

También voy a situarme
a la orilla de la cama.
Pero cuando me toca este silencio
se triplica en mi cuerpo
la soledad tan amplia del páramo
y un rostro más de mujer
habita la piel de guerrera.

Las doce y me peino.
Veo en el espejo
la espuma que has dejado
como una ola en el mar
acidulado con tu cauce.

No sé repartirme no soy reloj
ni mandarina.

Así vengo por ti cada noche.
Así te hablo y te hago cosquillas mentales
a mediodía.

Repartiría mi corazón
con tal de verte unificado.
Volvería azúcar el yodo
de los médicos de la esperanza.
Le daría mi propia música
al silencio libre
de nuestras ánimas.

Nunca me mientas.

miércoles, 15 de enero de 2014

Yo no te deseo un buen día
recados, poco trabajo.

Yo te deseo un país y una estrella
un planeta con póliza a tu nombre
un reinado para tus palabras
un cafetal para el poema de tus hombros.

También te deseo una canción infinita
con las notas de tu cuerpo
y la vibración del Sol
a la hora en que naciste.

Yo no te deseo un buen día
yo te agradezco la eternización del cenit
y de la aurora boreal
ahora que tu huella está en mis labios.
Yo no te venero como a un dios de alabastro.

Yo venero tu claroscuro
tu piel de hombre peleando con amor la vida.
Venero tus rasgos tus huellas
tu semen tu saliva
esa lengua por donde brotan
el centro del volcán y el árbol del paraíso.

Yo venero tus ojos cansados
y los que me miran al vaivén de los cuerpos.

Venero tus manos
silenciadoras de mis angustias
proclamadoras del aullido de mi falda
escribanas de las nubes
cultivadoras de flores a pesar de la oficina.


Yo no creo en los dioses de alabastro.
Creo en el supremo
que me envía una parte de sí en ti
cada vez que imagino y puedo ver
tu perfil recibiendo la luz de la mañana.

martes, 14 de enero de 2014

Por tus orquídeas dejé
el último rasgo 
de mi sombra. 

Nunca más, me dije
la ausencia de latido. 

Lloré un llanto post Gelman
pero sobre todo 
que al fin me rodeaba tu abrazo. 

Nunca más.
Y entonces reí siendo tuya. 
Parece tonto.

Las lecturas de la vida de una poeta
pudieran ser satisfechas
con mil y un versos
mil y un centavos a la semana
mil y un libros por adquirir.

Nada más falso.

Las lecturas de la vida de una poeta
dejaron su moho cuando llegaste.
La gente me reclama mi sitio
y sigo siendo la misma
excepto que ahora
al fin
me siento perteneciente
al círculo de Venus.

Tengo tus orquídeas, tus plúmbagos
tus amapolas.
Tengo registradas y clasificadas
todas tus caricias.
Tengo la fortuna de cerrar mis ojos
y nombrarte y decirte que me importas
más allá de la costumbre de decir "te quiero"
más allá del miedo al agobio
e incluso del placer que en mi carne enciendes.

Llegaste cuando había cerrado el portafolios
la mesa de té vacía
los platos sin dulces.

Todo sería ofrenda pública,
me dije.

Llegaste, mi alma.
Y no sé cuándo o cuánto
pero eternizo cada segundo
porque esta Gracia
me pertenece.

lunes, 13 de enero de 2014

Coronemos el fragmento de noche
con las flores que me diste en el día
abarquemos el corazón de otros tres planetas
dibujémosle el pezón al quinto cielo.

Atrás de mí, frente a la higuera
he dejado la letanía que me consagra
ante tu fruto.

Bajo su sombra guardé tu beso nocturno
y pinté la luna para que siempre
tranquilo duermas.

Coronemos la abierta noche
dios y niño
con la risa que la tierra nos ofrenda.

Vaguemos por los asteroides
preguntemos la retórica a un Buda de ónix

luego, cerremos las puertas al barullo
una veladora encendida
peticiones y refranes bajo la almohada
una hora dentro de la hora más dulce
y después besarnos y al mismo tiempo contar
esta hermosa, extraordinaria vida.
Tum tum
tum tum
tum
invertiste el Sahara
mi manto ocre
mi mano agrietada.

Tum tum
tum
ahora soy un trueno
de agua mansa
un tocadiscos de valses
y mi brazo elongado
para venerar tu cuerpo.
Ven a mí
y dame de tus yemas
la sal y el azúcar
que preciso a la hora de la comida.

Instálame en tu lengua
hazme vivir
una vez más
la resurrección de las frutas en mi sexo
la reencarnación de los aromas de tu cuerpo

la vida, Navegante.
Siempre habrás de cerrar la noche
con el adjetivo perfecto
para que yo termine avanzando otro poco
a tus brazos etéreos.

Siempre habrás de tocarme los labios
con el incienso de tu boca
hasta verme abandonada en ti.

Siempre habrás de penetrarme
con una simple letra
una mirada de relámpago submarino
una lengua cincelando mi interior.

Dorlar

Me levanto incierta
he comido de tu fruto en sueños
he sorteado las andanzas de una tarde parda
en tus brazos de aire.

Te escribo un mensaje
en el puente de la modorra.
He vuelto, digo
como si alguna vez desde que te besé
me hubiera ido.

A veces me pregunto
qué pasa cuando un mes y medio
se vuelve en la bendición
menos esperada de la vida.

Me respondes apenas y escribes algo
un chiste un berso un abraso
y yo miro hacia el cielo
como protagonista de filme mexicano
totalmente agradecida
porque lo que me das es ignoto.

El sueño otra vez
andarás tejiendo monturas
con tu cabello rizado de plata.
Me harás regresar
me harás escribirte una tontería más
en domingo,
una paloma (aunque las odies)
con la patita envuelta en un papel
que no diga nada excepto
el olor de mi cuerpo.

Bésame el cuerpo
te dije
insistente en mi letargo.
Así estuvieras viendo pornografía
yo habría de llamarte
lejana
para cubrirme con tu saliva
estas horas que generan espasmos.

No tengo idea
del por qué
pero me centro en mi latido.
Es grande y poderoso
me derriba hasta dejarme dormida
soñándote
exclamando que eres tan cierto
como la lumbre que me quema las yemas.

Te dejé un beso tarántula
las cosas que invento...
Río, tomo café
y me desvelo trabajando pensando en ti
los adverbios con tu apellido
los sustantivos con el lexema de tu nombre.

Eres mi héroe y mi bendición
te dijo mi yo modorra.

Pude habértelo dicho debajo tuyo
o mientras comemos o caminamos...

En realidad lo hago todo el tiempo.

domingo, 12 de enero de 2014

All these women
singing for the train
seated in the rose tinted chair
loving its arm
moving their eyes
to keep the sky in a moment.

All these women
growing like a sweet mandarin
washing the clouds to see the sea:
above all ideas lives the sailor
his green sun and purple tea.

All these women
writing getting naked in the middle
of the unfading way
giving all nothing hidden.

All these women
have one name

mine.

Because I'm a thousand
everytime I touch you.
Enhiesto vienes a atestiguar
el reacomodo de mis poros
y su río.

La naturaleza reacomoda nuestros cuerpos

de los dos quedan 
glóbulos rojos 
a punto de volcán. 
A sal renovada sabe tu lengua.
Tu rivera crece
con la alfombra marina
de mi nombre que en ti amanece.
Entre polvareda y nube
está la oración de los apagados.

Ojalá una luz de vela
entrara por su fémur
una guitarra les cobijara
por bandera.

Suena el país a mediodía
y el tiempo se triplica
apenas llega el silencio
al centro del páramo.
Escribo con aire en tu caos
que estás en el átomo original de mi latido.
También escribo con tinta invisible
que agua soy ya
apenas recuerdo tu tropa.

Cirílico

Me desnudo en tu caos
me deshago en su estructura me pierdo 
en su saliva que me cuenta
todos los hombres que para mí has sido
desde el comienzo de mis tiempos en tu axila izquierda
hasta la menarca del 94
cuando, oyéndote lejano
escribí lo que hoy me dices 
es tu credo.  

Podría leerlo frente a un espejo y en cirílico
prefiero declamártelo 
a la hora en que duermes el tránsito del domingo:

Dejé mi libre albedrío para abandonarme tuya
la mujer de los pies en la tierra
la diosa tangible y frágil
la niña ilusa de sueños enraizados
la bella que te pasea por los estacionamientos
la novia de He-Man
y la voz que hoy por fin te develó 
la tríada que te entrega mi alma.


Esta ñoña de pluma rebelde
las piernas abiertas a ti 
el péndulo y su memoria
entregados a tu arbitrio. 

Conmigo siempre has de tener
boleto doble para la montaña rusa
la casa de los espejos
el jardín de las cosas indómitas pero reflexivas. 

Tengo demasiado tiempo y no tengo tiempo
para explicarme que aquí
únicamente han pasado dos cosas importantes
la poesía

y luego tú. 

sábado, 11 de enero de 2014

Hay una premisa no apta para mortales
que trata del olvido de los miedos
y el entierro de los dolores.

Hay una premisa mayor para los iniciados
llamada escalera blanca
tortuguita de azúcar
guardando el saber de un milenio.

En el latido universal
estamos desnudos.

En el latido universal
estamos de pie

reconociéndonos.
Silencio.
Hoy hay nubes para enmudecer.

La pasión también es un niño
brincando la cama
antes de dormir.

La pasión desde luego puede ser
una mujer abrazada
a los minutos previos
en que su hombre zarpa y luego duerme.
Cuántos hombres haría falta
para saber
la levedad de mi lealtad
y su latido.

Diez tropas en guerra de besos,
conté.
Pude hacerlo a medida
que pasaba la raíz de tus cabellos
por mis manos
hasta culminar con tu uña del dedo gordo
de tu pie moreno.

Doscientos hombres son la cantidad
para volverte la cara
y los doscientos viven en ti y contigo.

viernes, 10 de enero de 2014

Hay un desenfreno.
Neuronas que quieren verte.
La aritmética y la lógica vienen
de atrás para adelante
y cojeando de una pata
porque la otra es feliz
cantando un mantra africano
que tú conoces.

Soy una beckettiana en la fila del banco
escribo diminutivos
el pelo acariciando nubes
y no me importa este ejemplar de mí
tan distante de la que soportaba todo
incluso la soledad.

También soy una quinceañera
haciendo alarde de su empeine adornado
de besos de rey
una veinteañera en cuerpo de treinta
palpitando demasiado pronto
demasiado rápido
demasiado bello y todo
la doble a del tiempo y el amor.

Soy una flor carnívora invertida que muerde
y al morder se entrega a sí misma.
Está muy segura de ser reciclable
(primera estación el vértigo
lo demás son créditos del Monopoly).

Hay un desenfreno y en ratos me doy miedo.
Sucumbo porque está la alternativa del pánico
apenas y me recuerdo tres meses atrás
vacía de ti.

Hay un desenfreno y es un regalo.
Acabo de despertarme a mí misma
Esta humedad nacida de ti
de tu lengua hablándome de tu cuerpo
de tu sexo penetrándome hasta volverme este río

de saberme inmensa al juntar nuestras bocas.

Plúmbago y mujer violenta
con los colores de esta noche 
te ofrendo mi cuerpo que adora tu cuerpo 
y el fruto de tu cuerpo
mi corazón que te ama hasta la raíz 
de otros países
y esta alma que te necesita
porque, alma, 
yo sin ti no comprendo igual
las leyes de las estrellas. 

Lullaby

Anda mi niño ven y arrúllame
con el canto puesto en mi oído
con el caracolito que pones en mis labios
hasta conocer el sabor de ébano
que me trae tu música.

Vaivén y pétalos somos
un fragmento de cielo apoyándose
en tus hombros y mis tobillos.

Atlas con fuerza de elefante mítico
el mundo gira al ritmo de tus caderas.

Soy tu tripulante
tu mejilla y tu cuello
tu vientre y tu luna llena
viajando por tu inmensa vía láctea.

Anda mi niño ven y háblame de enero
sus tropas griegas formadas
una a una en tu abrazo
Horacio brillando en tu pectoral
Virgilio rehaciendo sus églogas dentro mío.

Péiname con las estrellas de tus yemas
y luego prométeme que al despertar
bandera serás en esta patria.

jueves, 9 de enero de 2014

Anthos

Digo flor
y te entrego mi sexo
desplegándose en ti
en las mil y una formas del éter que tengo
para abrazar tu espacio
y ser viento y acariciar tu cara.


Yo volvería a mirarte
detrás de la puerta de vidrio
la gripe en tus ojos
el arete que me excita.

Yo volvería a pararme
de cabeza y en una pata
días antes del ave de hierro.

Yo volvería hacer de todo
incluso mirarte fijamente la primera noche
con tu desesperación respirada

incluso rezar en la oficina
perfumarme de incienso de iglesia
de manera flagrante.

Yo en realidad hago de todo
me levanto del tálamo
cocino ámbar con tus flores
libo tu semen
y lo ofrendo a mi tiempo
busco la gracia en un chiste
también perfumo de rock tu santa venida.
En realidad hago de todo
cada noche

por volverte a ver.

miércoles, 8 de enero de 2014

Tu cuerpo tendido
sobre mi cuerpo teñido de ti.
Tu cabeza contra mi pecho
tu boca bebiendo mi latido.

Las once y cuarto.

Sabes que revenciaré a la Luna
hasta verte caminando pleno
en la nube nueve.
Sabes que estaré despierta
porque nací para mirarte
camino al sueño.
Espina y Bogart,
me das el beso más sentido
de todo tu cuerpo astral
clavándome al pie de una nube.

Estalagmita contra Mecano
hablo de ti hasta con las hormigas
y envuelvo a la amante, la agreste y la niña
en papel blanco
porque siempre que me penetras
has de purificarme.
Todos los signos posibles
todas las nubes del mundo
todos los gritos de mi dermis
mis arterias como caminos
y esta escalera 

Todas las direcciones
van donde tu mano. 
Ella toma como las niñas
las fotografías de los palacios
que el rey de la vida 
le diera. 

Textura de papel brillante
sobre sus líneas la niña coloca
el trazo definitivo de su alegría. 

Prometió callarlas bajo su lengua
describirlas para su propio cine imperial
que Él le instaló detrás de los ojos. 

Nunca hubo un tesoro. Acá el regalo 
son los vidrios imitando las estrellas
en el páramo. 

Ella intenta la descripción dactilar 
de la memoria impresa
y apenas se escriben estas palabras. 

martes, 7 de enero de 2014

Héroe

Sobre la última piedra viva de Atenas
engarzada a mis sueños de paloma;
sobre el verso épico de Homero
y la caricia de una batalla en Esparta.

Sobre la idea de la guerra y la mansedumbre
de esta cal de sirena 
a los pies de una casa en silencio. 

Sobre el himno y el tambor más antiguo
sobre la idea del temor aniquilada por tu cuerpo

te eriges tú
la fusta dirigiendo los caballos del siglo
la cuántica rompiendo esquemas

incluyendo el ya débil desamparo de mi sombra.
Sale el sol
la tarima del ombligo vista desde tus pupilas
somos peces en tierra
nos deslizamos por la vía líquida
de la saliva ataviada
de besos que brillan y guiarían
incluso al más ciego de nuestros momentos.

También somos concheros guarecidos
en este mar
y una olita llena de palabras todas
que agitada recuerda
la inmensidad de la vida

ahora que estamos.


Pero a la primera noche le faltaría
tu cuerpo rememorando la estancia
en el vientre materno.

Y es que en estos días aprendí
que me basta la orilla de la cama
para sentir la totalidad del cielo.

El tálamo debe ser una sinfonía, cierto
pero contigo y tu latido. 
A las seis de la mañana
tu efigie es el mantra
y la tinta azul cobalto
con la que la luz escribe
dentro de mis ojos.

Entonces eres guerrero y pluma
un niño galáctico anudado al cielo
el perro de agua bajándome una nube
para que sepa dormir
como los de tu linaje.

Tu firmeza la concibes
de tu punta hasta el oído medio
donde te canto en silencio
un amor de agua clara fluyendo con mi deseo.

Oigo coches
concheros vestidos de junio temprano.
Un altavoz de policía sin sol
la secadora del 104.

Todos parecen acercarse a mí
todos quisieran arañar la luz que me pertenece
en esta posición de orilla y ola de algodón.

Nos sitian y yo cierro los ojos
dentro de tus ojos.

Nadie podrá entender
que a las seis de la mañana
eres dios y te asomas dios
como el principio exacto de tu nombre.
Oleré a ti
desde la memoria diáfana
en la punta más larga de mi cabello
hasta la flor que abre nada más
al paso de tu ejército
(tu río,
tu cuerpo,
tus besos,
tu mente de niño volando).

Oleré a ti
madera y columna
-mi fuego
y entenderé que mi nariz es el instrumento
por donde rehago el sentido de las cosas
cuando entre tus piernas y tu cuello
voy caminando.

lunes, 6 de enero de 2014

Alguna vez vi a un Buda
enseñando el ombligo
proclamando amor a las cuatro esquinas
del cielo. 

Era feliz
su éxtasis venía de la raíz del corazón. 

Nunca seré Buda
pero cómo me gusta seguir maestros.

Tal vez y sólo por eso
te busco a ti
entre mi niebla y mi llama. 
El orgasmo que busco en ti
salta los lindes del grito 
y la celebración de mi vientre
ante tal fortuna. 

Agua clara
universo de palabras y gestos
risa profunda
tu compañía a pesar de la sombra. 


Deja que me venza en ti
como la primera vez de un día
colmado de hierba santa
tras el trazo del mundo.

Deja que me acurruque en ti
como un ángel a la orilla del oído humano.

Deja que se reanuden
los días del viento bueno
para cantarte a ti
cada día de mi vida.
Toda una vida preguntándome
la raíz cuadrada de un beso eterno.
Eres mi raíz y mi viento
mi libro zen para abrazar al mundo
como lo haces tú
como aprendo a hacerlo de ti
cada vez que perfumas mi oído
y yo rodeo tu espalda.
Como un vértigo de sol
tu relámpago nocturno
me vibra a menos un grado
en esta ciudad
que no me abriga como tú
ni me abrasa ni escucha
ni enmudece ni grita
ni me besa
como tú.

En un templo estoy amándote
y lo construí con tus besos.
Caminé hacia ti con la palabra 
desde mi fuente
recuperé la luz en cada beso entregado 
a plenitud de nuestros mares. 

Te pregunté lo evidente. 

No es que quiera ser viento al norte
o al este, mi alma
hoy y ayer sigo encendida
de furia y amor incontenibles.

Retornaste mis caricias:
esta nuestra vida
me parece
(no sé tú)
apenas inicia. 


Apláudeme, melancolía
no ha pasado ni un día
y ya mi vida se mira como un absurdo
porque me falta mirar
el brillo de la luz 
desde su boca. 
El peso de tu cuerpo tu sombra
la magnífica estela de tu llegada
ataviada con el claroscuro que beso en tu frente.

Tu cuerpo que camina adentro de mí
tu guía y tu aroma
desgarran mi vientre

asaetado tengo el corazón.

miércoles, 1 de enero de 2014

De besos floridos hago mi traje
el gran viaje hacia tus ojos 
ha llegado a mi puerta. 
Un quejido no, lucha
un resquicio para filtrar
otra cosa aparte de esta inercia
de vivir las cosas sin ser vistas
de no sentir la mano próxima
por preferir la televisión de paga.


249

A tus labios como lluvia errante
a tu cuerpo como huérfana de pan
a tu risa como antropóloga de la felicidad
a tu universo como astrónoma decidida
a escuchar cada parte de ti
y besarlo la hora adentro
muy adentro
de todos los mares, paganos y divinos
que conforman mi mundo.