lunes, 20 de enero de 2014

Serías el corruptor
de postulados amazónicos
o de mi adolescencia obcecada
(la dosis te asustaría)
en renegar la dualidad 
de los ángeles en la tierra:
uno más uno es uno,
cuando un hombre se funde en una mujer
la aritmética falla.

Llegaste a tiempo.

No hay corrupción tal ni herida
aquí te esperábamos la niña y yo

para entender que el tiempo es perfecto
como es cierto que las penurias tienen su bonanza.

Escribimos a nuestro éter
que eras tú 
el otro lado de nuestra luna.

Nadie refutó la teoría ni su magia. 

Pude haber sido un pirata en tu barco.
No fue preciso:
en mi mar anclaste tu arma. 

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