sábado, 25 de enero de 2014

Bastaría salvar
una gota de ámbar y saliva
resguardar palimpsestos
un dedo de sal
bajo la lengua.

No todo lo que está escrito
es perecedero.
No todo latido
es capaz de ser escrito.

Flor de agua
no lirio.
Azul cuaderno
no hombre, dios y centro.

Así los sábados sin ti
(o martes o viernes)
vienes
me mojas tiñes índigo la gran arteria
expongo mi teoría:
crepitar de cabellos en tu horizonte
sé que el silencio hubo ser mortal
y ahora tan lleno de nuestro beso eterno.




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