viernes, 27 de junio de 2008

Danzón

La brisa y las olas del mar
provocan a la gente que habita en ellas
unas inmensas ganas de bailar.

En la pista hecha de madera y cubierta de sal
almas abrazadas dejan a un lado su instinto animal
y por unos momentos se convierten en algo especial.

Es la música que mueve su sangre
y al solitario hace lanzar un breve gemido a las aguas del mar
despojándose de toda tristeza cuando comienza a danzar.

El primer paso lo da ella
al ser guiado su bailar por la luna llena.

Al segundo paso sigue el solitario la huella
del aroma que dejó la mujer bella.

El tercer paso les otorga una tregua
para que las palabras etéreas digan sus lenguas.

Son pasos cortos, queditos y cadenciosos
los que han unido los pasajes amorosos
que se mantienen unidos por la sencilla razón
que juntos están por ser el danzón
ése que con su sensualidad los hipnotizó.

Fue la música vibrante hasta las venas
la que al solitario mitigó sus penas…

Y en la pista aquella pareja revivirá
una y otra vez bajo el olor de la madre selva
lo bello de hacerse a la idea
que la gente fascinada su danzar vea
pues al bailar ambos su amor se entregan.

Entrega

Entre luces y sudor me desenvuelvo
cigarros y alcohol hacen más pasajero el momento
en que de besos ajenos me cubro el cuerpo
porque carne soy y sobrevivir debo.


Tanto tiempo hace ya de la primera vez
que los motivos y las razones ya no tienen validez
libertinaje, ausencia de prejuicios
tantos nombres que le ponen al acto de ofrecer
cuerpo y besos sin amor entre los recovecos de los viejos edificios.


Y tú ahora estás a mi lado
tu primera vez te mantiene alerta y azorado:
crees que de amor no se nada
que lo único que sé es de una vida alocada.


Yo también amé alguna vez
pero el amor se hizo trizas cuando de dos se descubrieron tres
y en el mundo real tuve que sobrevivir
y eso es lo que hago, por eso aquí me ves.


Así que no tengas miedo
experiencia suficiente tengo
ya varios han aprendido
lo que en sus casas está prohibido.


No importa que no pronuncies mi nombre
da igual, si el verdadero sólo lo ha pronunciado un hombre;
tampoco importa que no quieras besar mis labios
aprender a amar sin amar es un consejo sabio.


Sólo cierra los ojos y piensa
que no soy lo que ves, que es una princesa
que te mostrará las virtudes de las tierras lejanas
propiedad de las cortesanas.


Unas monedas te costará
entrar al mundo del placer fugaz.

A mí una vida me costará
sacudirme el pasado que regresa a mis días
convirtiéndome en su presa y de asir la libertad no ser capaz.

La conciencia perdida

¿Dónde andas, conciencia mía
que has permitido que la mano enemiga
a mis próximos y su descendencia
convierte en esclavos de la decadencia?


Recuerdo cuando tú me hablabas:
era en secreto, los grandes odiaban
que yo fuera bueno, y mis intenciones bien encauzadas.


Era como danzar con las hadas
siempre tranquilo, siempre sonriente
era verte aparecer y convertirme en sol naciente…


Poco a poco te fuiste distanciando
y los mayores en su círculo me fueron adentrando.
Yo, tan débil por no tenerte de aliada
creí que era bueno seguir los pasos de la manada.


Y me perdí.


Le encontré sentido a este mundo de disparates
y hasta creí ser el salvador de inútiles combates
de gente que no había perdido su inocencia
porque sabían que eso jamás podría comprarla nuestra ciencia.


Pensé que los de mi alrededor eran leales,
pero resultaron ser solo armas letales:
tan vacíos, tan sin sueños, tan fragmentados
lástima da verlos, pero quién soy yo para juzgarlos.


El juego de la vida fútil así se juega:
pierdes el todo a cambio de unas monedas.


Hace unos días me retiré del juego
supe que no quiero ser cenizas sin antes ver el fuego
que arda a tu regreso al punto de partida
donde el amor no combinaba con el odio y la mentira.

La Playa (Cuento).

Cuando el sol alumbra el mar, sus rayos rebotan directo al cielo, como si el mar fuese un espejo grande y profundo en el cual los cabellos dorados de esa gran estrella son peinados con el canto acariciante del viento, el mismo canto que se acurruca suavemente dentro de los caracoles dispersos por la arena. Y ahí, en el cielo, se esconden la luna y las estrellas (pues están embelleciendo sus rostros con polvos plateados para la noche) y uno que otro sueño de algún pequeño que anhela volar hasta allá para ver qué hay, del mismo modo que se esconde algún ser amado que dejó su cuerpo para montarse en un cometa y así poder viajar por todo el Universo, mientras espera la llegada de sus seres queridos para poder mostrarles el tiempo sideral.

Y entre el cielo y el mar está Tino, situado dentro del espacio lleno de la tierra blanda y dorada que atrapan sus pies de a poquito, provocándole cosquillas y arrancándole una sonrisa de complicidad, pues sólo él y el sol pueden observar las cosas que provocan el mar, el viento y la arena cuando actúan al mismo tiempo: las risas de los otros niños que corren al compás del vaivén de sus cometas, la mezcla de las voces de madres sobreprotectoras, vendedores de camarones al mojo de ajo, colguijes y fotos instantáneas, piropos de hombres tratando de recobrar su juventud ante la piel tersa de una chica, unificadas todas por el aire que fabrica remolinos en las cabezas de cuantos toca.

Tino no quiere moverse de ahí. La playa lo ha acogido bien. No necesita ya otra cosa, ha llegado al lugar más apropiado para dejar estirar sus células hasta alcanzar la forma de un adulto. Hasta las gaviotas revolotean a su alrededor, como si supieran que ha venido de muy lejos y quisieran darle la bienvenida. No hay caras tristes, ni llantos, ni reproches de nadie. Todas las personas se ven felices, en especial esa mujer de tez blanca y cabellos dorados que cubre con sus manos finas a su pequeñita, mientras siente el abrazo protector de ese hombre fuerte y gentil que está a su lado. Ellos son los que parecen más inmersos en la felicidad que provoca la hermosura de esta playa; a ellos no les inmutan las múltiples voces que llenan el ambiente, ni siquiera esa voz tan insistente que dice “Tino…Tino…Tino…”

- ¡Tino, que te estoy hablando, caramba!

De repente, la arena se volvió fría, el sol se cubrió de gris, el viento dejó de cantar y el mar ya no quiso reflejar nada.

-¿Qué tanto ves en ese periódico, eh? Le preguntó Paco, su amigo. - La foto esa, respondió Tino con la voz muy bajita.

-¡Pues deja ya de verla y pásamelo! Ya es hora de dormir, ayúdame a acomodar los periódicos en el suelo.

-¿Me dejas que ponga esa hoja en mi pedazo? Preguntó.

-¿Para qué?

-Para seguir sintiendo la arena caliente en mis pies esta noche.

miércoles, 25 de junio de 2008

A ella (la de la belleza)


Para Elisa

con todo mi cariño.


A ella, la que nadie le puso atención

a ella, la que nunca dejó escuchar su oración

a ella, la que dejó sus anhelos lavarse en blanca pasión

a ella, la que sólo sabía lo que era tener por romántico a un corazón.

Esa mujer que danza y le recita a las piedras

enclaustrada tiene a una niña que le implora le deje partir

pero nunca sucederá tal cosa, pues la niña crece entre la hiedra

de un pasado no marchito y un futuro que no ha de salir.

A ella, quien nunca danzó a los ojos del exterior

es la misma que sueña con un futuro ensoñador

donde las hadas y las comodidades aliviara el tumor

de lo incierto y lo desconocido

de las ganas de amor y el contacto con el temor.

Injusta fue la vida que le dio belleza

sensibilidad y estética por este mundo andar no pueden con ligereza:

las garras de la selva las atracan y las convierten en inconexas piezas

y les quitan el brillo y la mágica viveza

con la que lo real acaba y lo imposible empieza.

A ella, a la que nadie quiso atender

perdieron la oportunidad de apreciar y entender

al suelo que no es, al mar que no se toca:

el juicio prematuro la consideró una loca.

A ella, a la que le digo hoy un te escucho

le confieso que la distancia que hay entre el a veces y el mucho

se ha convertido en agujero grande, y en sus adentros lucho

porque su locura sea liberada

y danzar por entre las espinas vuelva emocionada:

A ella, que no es de esta tierra

las espinas del mundo no le hacen nada.

martes, 24 de junio de 2008

Zafiros rojos

De pronto, todos tus trocitos de luna se volvieron a unir. Quedaron unidos como los vitrales de las iglesias: de muchos colores, de muchos tamaños.

Entendiste que todo había sido un mal sueño y que ahora otro estaba tu puerta tocando. A cucharadas te tomaste el polvo de estrellas diluido en el agua del mar lejano que nadie conoce, pero que tú sabes que existe. Abriste tus ojos-ventana dejando que una ráfaga de luz violácea inundara tus cabellos, tu boca y tus manos.

Las piedras volcánicas -otrora tu corazón- se volvieron zafiros ardientes. Zafiros rojos, únicos. Porque son tuyos. Y no hay nada en este mundo que lo pueda negar.

De pronto, una mañana descubriste que por fin volvía el verdadero Sol.

jueves, 19 de junio de 2008

Canción de despedida para Amarilis

Amarilis (así te llamaban los antiguos;
yo prefiero decirte así,
antes que llamarte Primavera):

Hoy es la última noche que estamos juntas. Sabes muy bien que a mí las partidas no me gustan, del mismo modo que sé que volverás el año entrante. Por eso siempre te digo "adiós" con la ligereza de una hoja voladora: sé que tu ausencia será efímera. Y sé también que regresarás nuevamente para engendrarme a tu hija, la más amada de todas: Esperanza.

Siempre me das sorpresas, eres la misma y sin embargo nunca eres igual. Esta vez me diste un silencio estoico. Me apartaste de mi propio infierno, me invitaste al cobijo de la soledad necesaria para recuperar mi esencia. Perfumaste mi ventana con tu olor a madreselva y gardenias. Llenaste mi cielo de nubes que se movían en ratos como dragones furiosos y somnolientos, en otros tantos como caballitos de carrusel. Me diste el calor que me hacía falta para volver a la vida. Me diste la respuesta a las cosas que no te pregunté, pero que al tenerlas conmigo me hicieron ver lo valiosa que es la vida, y lo afortunada que soy de poder abrir los ojos.

Llenaste de ilusiones las grietas del espíritu marchito por esperas ilógicas. Me diste alas pintadas con los colores que más amo para poder abrir la crisálida que tejí hace mucho tiempo. Quitaste la venda de mis ojos y me abriste la puerta a una verdad más hermosa: el amor nunca se termina. Y siempre habrá mil maneras de expresarlo, con cualquier ser, en cualquier momento.

Hoy te puedo decir que ya no tengo los miedos de antes. No me cala por dentro la amargura ni ese hoyo en la panza que me absorbía cada día, sólo por no tener lo que no me correspondía. Estoy contenta con el proceso que viví contigo: morí para volver a nacer. Y si lo hice, fue por tí, por tus lunas perfumadas, tu noche llena de estrellas danzarinas, tu aire cálido y tus lluvias frenéticas e inesperadas. Sé muy bien que el Señor Invierno no habría podido hacer lo que hiciste tú.

Y sólo por lo que me diste (un corazón reparado y muchos sueños en mis dos manos, en mi pecho y en mis dos pies), quisiera dedicarte esta breve canción (tú ya la escuchaste hoy por la mañana, esta noche sólo quiero que te la lleves en este papel).

Buen viaje, Amarilis. Gracias por la Primavera de mis 25. Te espero para la ronda de los 26.


La buena estrella se encuentra dentro del corazón
(no importa cuánto tiempo te lleve buscarla
cuando la encuentres, me darás la razón).

La buena estrella se encuentra dentro del corazón
(no importa desde dónde la llames
sólo escucha su respuesta a tu favor).

Y cuando por fin abras tu ventana de par en par
sabrás que mil mariposas llenarán tu ser entero
y volarás tan alto como el mismo halcón
alcanza el cielo, alcanza al sol
alcanza tus sueños
pero nunca dejes al amor.

Y cuando en las noches te sientes a observar
cómo eres parte de la tierra que pisas
del agua que te moja los ojos
y de la luna y las estrellas que tu mirada observa allá
dale gracias a la vida
por demostrarte que sigues siendo uno sólo con el Cosmos.

Es una verdad que todos queremos desdeñar
pero de nada sirve negar
que polvo de estrellas fuimos
de polvo de estrellas nos nutrimos
y en polvo de estrellas nuestros cuerpos se reducirán
cuando la hora de partir llegue
cuando los cantos sagrados abreven
del alma eterna
del corazón alegremente sempiterno
de la esperanza pura y buena
de la adoración en el canto del viento.

De la vida, que es una,
y es para siempre.

La buena estrella se encuentra dentro del corazón
es el regalo que hoy es tuyo
siempre lo ha sido
es un honor para mí hacértelo recordar.

lunes, 16 de junio de 2008

I was writing on my head.

I was writing on my head (I do this all the time).
And I discovered that there's always butterflies in a purple box...

There's a pink sun between my glasses and your entropy
and somehow I wish to cross
the doorwell put by Someone else
instead of you
instead of me
instead all the Humanity.

I was painting on my head (I do this all the time).
And I discovered that there's always blossom flowers in a blue-yellow cage.

There's a rainbow behind my hair and your shoes
and somehow I wish to pick up
the treasure of life hidden by the Elfo's hand
instead of you
instead of me
instead all the Humanity.

I was singing on my head (I do this all the time).
And I discovered that there's always your mixed voice singing in a stardust beach.

There's a heart wishing to feel again between your affraids and mines
and somehow I wish to hunt
the diamond of freedom kept by your Own and Mine
instead of you
instead of me
instead the Real Love that keeps Humanity and Us alive.

jueves, 12 de junio de 2008

Noctambulaire (La journée d'un sommeil du coeur).

I

Il y a longtemps que je regarde
les âmes marchant seules

Il y a longtemps que je regarde
les étoiles voyageant sans itinéraire

De l’aube au crépuscule
mes yeux transitent vers l’infinité
sans rien trouver.

Je sais bien que je fus le feu d’auparavant
et je l’attends encore fois.

Qu’est que tu as dit ?
Ce sont des frontières
celles qui m’attirent, me jettent et me réveillent :
il n’y a pas d’abîme
que des souvenirs rempli peut être.

On ne gagne pas le paradis
si on parte de l’idée
que le paradis n’existe pas.

Qu’est-ce que tu paries ?
Je te donne ma vie si tu me enseignes
à vivre sans attendre
à savoir marcher sans l’ombre
de l’illusion de mon prénom écouter.


II

Dans cette matin je dors
je dois croire que mes sommeils sont la vérité
finalement cette vie un sommeil est déjà.

Après de me lever
j’effeuillerai des tournesols, des papillons et des nuages :
tous sont les mêmes
tous cachent ce coeur.

Je vais me laver mes peines :
le savon du hier ne sert bien pas.
J’irai pour l’eau du baptisme
Il est nécessaire de commencer encore fois.


III

À l’après midi je mange
des pommes de la nostalgie
les raisins de l’envie
et la fruit de la passion

On attend quelque chose
sauf la rentrée de la belle noire :
c’est triste imaginer la danse des étoiles
sans un corps pour y danser là bas.

Je vais faire la sieste
j’espère de ne me réveiller pas.

(Et une nuage est venue pour moi
et sous sa peau tendre
elle m'invite à graviter
pour l’inconnu d’un ciel
teint des oranges, des roses et des carmines.

Le sol a été marqué
par le trace des pieds de un être
qui marche sans envie de la vie
-comme moi-).

J’ouvre mes fenêtres :
tu est à mon côté déjà
tu me vois, tu me touches
tu me conçois dans ta terre sans duter
sans luter et sans crier…

Je te donne ma sourire
à change de tes minutes avoir.

« Laisse-moi te voir bien »
(Je te dit une et autre et autre fois)…


IV

Tu regardes mes yeux
comme si tu jamais m’avait regarder avant :
ils sont noirs de hors,
mais tous blancs dedans.

« Laisse-moi lisser
ta peau ridée sur mes élans »…
(Je te dit une et autre et autre fois)…

« Et après ma danse
danse avec moi
au même temps je te montre
la belle nuit et ses étoiles ».

C’est la danse de l’attende fini
c’est la danse de quatre yeux en ayant
trouvé la grâce de cette rencontre
la grâce de nos quatre mains entretisser.

C’est la nuit de nos désirs
c’est la morte des pensés
fermés dans la boîte d'auparavant
eux essaient de revivre le temps

Où rien était possible
seulement le chagrin...

Le sang courant en face de l’eau
incertitude de ceux qui ne connaissent pas
le douleur derrière l’invisible
l’escalier dispparue aux infernes
sans passeport.

C’est la nuit de nos désirs
c’est la chance d’ouvrir le monde
où les fées habitent.
C’est la nuit de notre trésor caché
ouvert à l’intention de respirer

L’air de ce temps magique
l’air de notre lumière
enchaînée par l’extasies de la croyance
que tout pourra bien changer

Si on le propose à bien faire.

¿Sens l’arôme des fleurs nocturnes ? :
elles sachent bien pour quoi aujourd’hui nos mains rirent
elles gardent le secret dans leurs pistils.

Descripción de un anhelo en una tarde de Amarilis en el ocaso de su vida.

Una luz sale volando desde tu pecho
luciérnaga que ilumina mis días de abril
al filo de la muerte de Amarilis
casi-casi para renovarse en Estívalis…

Son las horas muertas de un día venturoso
las que se lanzan al vacío
y regresan convertidas en mariposa.

Así son tus pensamientos
así es tu tiempo;
son cosas que yo no entiendo
porque Cronos siempre me coloca mucho después
de todos los magnos eventos
incluidos el día que naciste
incluidos el primer día de tu florecer.

Y como me sobra el tiempo
iré al fondo del mar
a recuperar mi anillo que me dio Saturno
libraré la batalla contra las medusas
las sirenas de tu otrora espacio
y los dragones de mi ayer

Hasta dar con los sueños de Neptuno
vivir en ellos uno a uno
escribirlos en mi librito
para regalártelos después.

Tal vez él me enseñe
a volar sin alas
a nadar respirando agua
y a conocerte otra vez
(como los déjà vus que todos ansiamos vivir
pero que solo unos cuantos
tenemos la oportunidad de asir bien).

Y mientras yo nado
tú duerme, despierto y con sueño
da igual si lo haces parado o en el lecho:
todo tu entorno
todas tus entelequias
tus galimatías, tus recovecos y tu experiencia
han sido muchos sueños entretejidos
por una mente sin tiempo ni espacio.

Ese yo eterno que vive en ti ahora y por siempre:
lo más inasible de tu cuerpo
lo más atrayente de tu silueta
lo más poderoso de tu ser.




martes, 10 de junio de 2008

Un día de Sol soleado

Hay días en los que el viento se desata
y rompe en el silencio
de una charca de agua impura y salada.

Hay otros días en los que la lluvia desalmada
cae como escupitajos
en el pozo de un alma desvecijada...

Y hay otros tantos en los que las lunas de plata
se fragmentan de a poquito
enmedio de una tierra seca y desesperanzada.

Pero hay otros días
en los que sale el Sol de la nada
y envuelve los sueños
y los convierte en la llamarada
que todos llaman vida
pero que yo le llamo sangre violeta azucarada.

Elixir de una promesa a un futuro incierto
respiro profundo de aire de barro húmedo
que promete volver
una vez el corazón esté bien puesto

En el centro de nuestro propio universo
en el epílogo de nuestros desfallecimientos
y en el prólogo de nuestros sueños más etéreos.

Habemos quienes vivimos cada uno de estos días
sopesamos sus noches
e imaginamos nuestras vidas
vendidas, apostadas, empeñadas
a cambio de uno de los gloriosos días

en los que el Sol aparece como granada
y retumba fuertemente en nuestras mentes
en nuestras almas
en nuestros corazones, nuestras pieles
y en nuestras esperanzas.

En la esperanza de volver a vivir sin prisas
la oportunidad de grabar en el recuerdo infinito de nuestras vidas
la experiencia de poseer en la mano
un día de Sol iluminado
dulce, envalentonado
fuerte, alegre...
Simplemente soleado.

(Y hoy vendí mis dolores
empeñé mis quejumbres
y aposté mis errores
y a cambio, hoy vivo uno de esos placeres de 24 horas
eterno, limpio, enterito

Un día de Sol soleado
el mejor de los últimos vividos
al que tanto había yo esperado).

sábado, 7 de junio de 2008

Un silencio como para abrazarlo

Un silencio como para abrazarlo
un amor como para no tomarlo
y mejor untarlo
anclarlo
inhalarlo
esparcirlo

Por la piel
el cabello
los ojos
las manos
la mente en blanco

Y el corazón como de recién nacido.

La conferencia beat a la que no fui.

La conferencia beat a la que no fui
estuvo cargada de silencios asoleados
vueltas sin rumbo y baches esquivados.

La conferencia beat a la que no fui
paró en seco mis restricciones
tras una ventana abierta
yo veía cómo se escapaban los gritos de una lumbalgia

Dolor callado
ego resentido
imagen distorcionada
sentimientos retorcidos.

La conferencia beat a la que no fui
se tragó una a una mis expectativas
de un junio endemoniado
con sabor a lejos y a partidas.

La conferencia beat a la que no fui
me dejó instalada en mi silla
muevo los dedos
se dilatan mis pupilas:
ya logro entender
que el beat se cimbra
pero no en mis costillas.

jueves, 5 de junio de 2008

Quemar las naves

Hoy voy a quemar las naves
tiraré bien fuerte de esa bola de fuego interno
que existe entre los dos
y en cada cuerpo en solitario.

Hoy voy a volar las naves
empujaré con ahínco los sueños rotos
y tenderé sobre tu piel otro nuevo
he tirado los relojes del sereno
para ver si así puedo recuperar lo que me he prohibido.

Hoy voy a arrancar las naves
desgarraré sin piedad el dolor y la amargura
me quedaré sin piel si es necesario
cortaré con diamantes tu escultura
y me haré de este sueño un gentil anecdotario.

Hoy voy a zarpar las naves
que se vayan los que ya no me entiendan
que se queden los que me aguanten
y los que están por venir que de una vez entiendan
que yo no nací para veleta
no soy carpa de circo
ni soy memoria de lona entreabierta.

Hoy voy a inundar las naves
que se ahoguen sus inquilinos
memorias de papel y recuerdos mezquinos.

Hoy voy a desaparecer la naves
tu silencio inunda mis sentidos
corazón en cuerpo ondulante
que deambula entre el sueño y el espejismo:
sé que estás ahí
siento tus manos abrirse como los crisantemos
siento tu fuerza de oleaje marino viejo
siento tu aliento de dios eterno
siento tus pasos de errante mi puerta tocar.

Hoy voy a destrozar las naves
te construiré un lugar de alabanza
quizá por fin tu comprendas
que cuando se entrega el amor
siempre el corazón se llena de esperanza.

Hoy voy a alejar las naves
y me cubriré la piel de tus besos
tú serás mi puerto abierto:
las barcas ya no se mecen en mi cuerpo ya.