jueves, 12 de junio de 2008

Descripción de un anhelo en una tarde de Amarilis en el ocaso de su vida.

Una luz sale volando desde tu pecho
luciérnaga que ilumina mis días de abril
al filo de la muerte de Amarilis
casi-casi para renovarse en Estívalis…

Son las horas muertas de un día venturoso
las que se lanzan al vacío
y regresan convertidas en mariposa.

Así son tus pensamientos
así es tu tiempo;
son cosas que yo no entiendo
porque Cronos siempre me coloca mucho después
de todos los magnos eventos
incluidos el día que naciste
incluidos el primer día de tu florecer.

Y como me sobra el tiempo
iré al fondo del mar
a recuperar mi anillo que me dio Saturno
libraré la batalla contra las medusas
las sirenas de tu otrora espacio
y los dragones de mi ayer

Hasta dar con los sueños de Neptuno
vivir en ellos uno a uno
escribirlos en mi librito
para regalártelos después.

Tal vez él me enseñe
a volar sin alas
a nadar respirando agua
y a conocerte otra vez
(como los déjà vus que todos ansiamos vivir
pero que solo unos cuantos
tenemos la oportunidad de asir bien).

Y mientras yo nado
tú duerme, despierto y con sueño
da igual si lo haces parado o en el lecho:
todo tu entorno
todas tus entelequias
tus galimatías, tus recovecos y tu experiencia
han sido muchos sueños entretejidos
por una mente sin tiempo ni espacio.

Ese yo eterno que vive en ti ahora y por siempre:
lo más inasible de tu cuerpo
lo más atrayente de tu silueta
lo más poderoso de tu ser.




No hay comentarios: