martes, 15 de septiembre de 2009

Gracias por hablarme quedito

Tanta verborrea
oculta lo esencial.
Callaré un poco
reposaré la vorágine
subiré muy alto
para explicarle con estrellas
no palabras
lo que subyace realmente en mí:

Sembró amor de alguna forma
no tan común como las anteriores
pero amor al fin
y sin regar la planta.

Le guardo lo que me queda
se lo entrego con la misma pasión
que entregué todo lo anterior.

Y las cosas que vaya recuperando
-como la sonrisa al tacto
la alegría de ver mariposa y no cardo
las alas de libélula que yo también alguna vez usé-
las iré resucitando en su piel y su creación:
mejor con ningún otro ser no podrían estar.

Gracias por hablarme quedito
yo sabía que existía esta tesitura,
he vuelto a tener fe en el yang
después de tanto gorila.

Ahora, abra las manos,
la cajita roja palpitante
es toda suya
y no espera nada a cambio,
ya se lo ha dado:

Usted existe, con la poesía en la mano azul
los ojos verde militar
el porte elegante y blanco
y la rebelión en la mirada.

Usted existe y eso me mantiene en pie;

Y por eso lo amo.

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