Tanta verborrea
oculta lo esencial.
Callaré un poco
reposaré la vorágine
subiré muy alto
para explicarle con estrellas
no palabras
lo que subyace realmente en mí:
Sembró amor de alguna forma
no tan común como las anteriores
pero amor al fin
y sin regar la planta.
Le guardo lo que me queda
se lo entrego con la misma pasión
que entregué todo lo anterior.
Y las cosas que vaya recuperando
-como la sonrisa al tacto
la alegría de ver mariposa y no cardo
las alas de libélula que yo también alguna vez usé-
las iré resucitando en su piel y su creación:
mejor con ningún otro ser no podrían estar.
Gracias por hablarme quedito
yo sabía que existía esta tesitura,
he vuelto a tener fe en el yang
después de tanto gorila.
Ahora, abra las manos,
la cajita roja palpitante
es toda suya
y no espera nada a cambio,
ya se lo ha dado:
Usted existe, con la poesía en la mano azul
los ojos verde militar
el porte elegante y blanco
y la rebelión en la mirada.
Usted existe y eso me mantiene en pie;
Y por eso lo amo.
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