jueves, 3 de septiembre de 2009

Voz

Lo amo.
Aunque la idea lo espante
aunque me mande con Platón
a dialogar largo y tendido.

Es sensual la sinapsis de su verso
es embriagante la indolencia de su paso
de joven a viejo
que lo hacen ganar entre los imberbes
por muchísimo que ya no sé contar con los dedos.

Imaginé en la noche lluviosa y aburrida
que me permitía tomarlo por la espalda.
Había algo más que un hueco lleno:
era filosofía y era poiesis y se llamaba su nombre.

Lo amo.
Aunque me mande a la lona.
No supe cómo
pero le di lo que aún sobrevive de mí
tras las bombas de todos estos tiempos años
en el olvido del yang:
mi corazón, la razón primero, tal vez.

Las faldas se levantan hasta después
y con la misma pasión
de estas ganas de escuchar su voz.

Sólo su voz, estar dentro de su voz
tener dentro de mí su voz.
Volar su voz, fragmentarme en su voz.

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