jueves, 3 de septiembre de 2009

PD:

Y si yo me equivocara
entonces déjeme este sueño feliz
para avanzar otro tanto
de aquí a la treintena.

El silencio es el regalo sustituto
casi tan preciado como el oro asfáltico
cuando la poesía y el alma
no pueden o no quieren dar para más.

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