Soy contestataria
por no sé qué.
Amor a la libertad, le dicen.
Conocerlo fue casi como el regalo
de un dios alterno
que ama de verdad
y no empina a los que piensan y sienten libres.
Ahora tome estas dos pseudo estrofas
y haga lo siguiente:
Coloque la S sobre la s
no hay diferencia tal.
Así pasa con las mujeres:
todas escondemos un universo irrepetible
que se entrega por amor
y nada más.
Éste es el regalo número cincuenta y siete
para agradecerle a los años
los suyos, joven poeta
(la rebeldía lo perpetúa en la atemporalidad de la libertad
no consumada, pero densa en su palabra)
que llegaron a mi páramo
y le sembraron luz
cuando creí que la ceguera
era el destino de mi vida.
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