jueves, 5 de febrero de 2009

A la media noche (el punto cero)

A la media noche te escribo
como rotando en silencio
sobre mi eje de amor dispuesto
a callar poemas sólo para tí.

En el punto cero de esta noche
te siento
te imagino en mi silo contento
hago avioncitos de gigas y letras
papeles en mi chaqueta
impregnados de besos ventrales
tiernos, cordiales
como sacados de mi parte terrestre
como sacados de lo extraterrestre
que hay en mí.

A la media noche te escribo
y te amo, y te digo
con palabras que sólo son mías
y que sólo a tí te las digo
que aunque mis ojos se vuelvan arena
y mis dedos se llenen de torpeza
en mi sangre corre tu nombre
y el tatuaje de la otra noche
palpita igualmente intenso
a cada rincón de mí.

En medio de tu luz
me recuesto
y te escribo mil veces tu nombre bendito
y por cada vez que lo hago a Dios le repito
lo mucho que me hace feliz tus elipses
que pintan ideas nuevas
y sensuales eclipses
en mi media luna
en cada sílaba fonema
de mi corazón voz.

A la media noche te escribo,
conquista serena,
estrella que sonriente me libera:
escribo mientras canto
el sabor de tu aura en cuarentena
deslizo mi piel entre tu claves de sol.

En este punto cero
de la media noche del cinco de febrero
yo te extraño y te deseo
y te amo aún más
con la mística que ojos extraños parece algo incierto
pero que en mí es la fuente
de caminar por el asfalto y con alegre desenfreno:

A la media noche te escribo
que te adoro, que te amo y que te quiero.

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