sábado, 14 de febrero de 2009

Palpitan

Palpita este sol en mis pupilas
este sol que de tus huesos
tu alma y tus costillas
le dan fuego eterno a mi alma
y alas a mi corazón.

Un cielo azul profundo te sonríe
porque con tu acto maravilloso
de estar en esta Tierra
de engendrar en mi cuerpo tu existencia
un regalo de luz me diste
y creo nuevamente en la vida
en el amor y en Dios.

Palpitan el aire y los pájaros
la luz en tí se inventó para que te conociera
y aprendiera a amarte como la más fiel de las amantes
mujer-niña, tierna, ruda y justiciera.

Palpitan mis manos,
palpita mi sangre, palpitan mis labios
que a tí se unen como en una oración al cosmos
una gratitud a la deidad que no conozco
pero que veo en tus ojos porque te sé mi amor.

Palpita esta Tierra, palpita la grana y el Universo:
yo abro mis brazos a tu presencia
a ese beso de fuego que es tu nombre
y por eso yo la vida misma te entrego hoy.

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