Hoy, al caminar rumbo a la vereda
que da hacia la noche
que da hacia esta puerta
me di cuenta
que podrán haber mil ojos de hombre
pero ninguno mirará
igual que tú.
Entre mil hombres te elijo
eres mi sueño, mi sol,
mi pan, mi religión y mi alivio
eres el todo, mi propio planeta de luz
y además, eres de bolsillo...
No cambio las fechas
las horas ni los días
te tengo en mi vida, eres mi sangre
estás entre mis costillas;
eres la raíz que me anuda a esta tierra
y por tí sonrío feliz:
motivos tengo si miro tus dos cafés cuencas.
Habrán mil pares de manos
mil sonrisas buenas
pero te elijo a tí,
guerrero amado,
para que con tus manos
peines a este corazón
que te manda besos en forma de letras...
miércoles, 18 de febrero de 2009
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