viernes, 27 de febrero de 2009

De dulzura amor IV: Navegar

Y al llegar al cenit de su frente
al universo propio
que es ese núcleo frontal
ella dispara un beso desde su vientre
luego le toma la mano
y dentro de su mar de amor
le invita a navegar.

Después fragmenta en cuatro
su nombre
y los esparce por el espacio
para que los dioses menores
la dicha puedan gozar
sus pupilas se vuelven majestuosas
sus labios destilan ofrendas de flores
y en una lengua serena
su amor le da de beber en una jicarita
para que el mismo dialecto
su hombre le hable
para que así el bipersonal baile
pueda comenzar.

De lo demás que ocurre
la historia habrá que preguntársela
a las estrellas
todas son hijas de este amor que ella le profesa
todas son un puente para llegar
al punto exacto que media
entre la realidad triste y la armonía
donde ella es ella
se vuelve única porque lo ama
y única le mira él
porque es verdad.

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