jueves, 26 de febrero de 2009

Despojo del avión

Las aves también son flojas
anoche espanté a un pájaro avión
que usurpaba el nido
de mis cagonas golondrinas.

Lo hice porque soy fiel a la causa
de ver sus polluelos
a mitad de mayo
y llorar cuando al partir me visitan.

Le sugerí al pájaro
que el muy desgraciado no volviera
o que si prefería, le regalaba el naranjo
para que platique con la tórtola
que a las ocho de la mañana
con sus quejumbres
me despierta.

Luego medité
que quizá los humanos
no tengamos la culpa de ser como somos:
si los animales usurpan lo de los otros
y nosotros con nuestras acciones
menos que animales somos
entonces,
¿para qué mortificarse corrigiendo caminos
si el oráculo de hombre es ser mendigo
de la divinidad
aunque tenga todo para ser dios?

Eso lo pensé a las diez de la noche
de anoche
ahora simplemente borro toda discusión
y me preparo para profesar mi religión:
el cambio.

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