Y de repente brillaste
en el umbral de mi puerta:
yo no sé qué carajos con tu alquimia
pero de media hora para acá
estoy despierta
al milagro que se fabrican por estos días
a la magia de tu beso
que me mantiene a la expectativa.
Y de repente brillaste
en el umbral de mi puerta:
estoy por tí como hoja al viento
la dulzura de este baile
me vuelve especialmente sensual y serena.
No temo la noche
tus ojos me guían
porque de luz me llenan
para ser la mujer niña que te ama y te espera.
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