Y mira que miré bien
entre cada uno de los que caminaban
dando de vueltas
arrojando de pan las migajas
mirando a ver qué caderas encontraban
comprando elotes
masticando chicle
contando sus cuitas
tomándole fotos a la catedral.
Y a pesar de que hubieron unos
que hasta canciones evocaban
otros
que un perfume de bosques añoraban
otros
que la ternura su escudo anunciaban
y otros tantos
que buenos recuerdos ostentaban;
Jamás vi otros más preciosos que tus ojos
ese par de niños que me tienen a tí atada.
Es inútil, pensé con bandera blanca entre las manos:
tus ojos tienen el tamaño perfecto
el universo adecuado
las pestañas más sensuales
-como una alfombra de flores en despoblado-
la divinidad compacta
en ese café claro;
me dan pase abierto
a la paz que en ningún otro par encuentro
tus ojos son únicos
aunque haya billones de seres esperando en mi puerto
será porque para mí eres único
será porque en verdad te quiero.
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