Cantan las hojas
que bailan en los árboles
y en las impresoras de las oficinas.
Cantan los satélites artificales
los que son naturales
y los ovnis que se mezclan
con sigilosa astucia
entre los autos de las avenidas.
Cantan mis manos, mis uñas
mis dedos y mi alma;
cantan mi cabello, mis ojos,
mi boca y mi corazón.
He aprendido a mimetizarme con este
urbano cosmos
para que puedas oírme
para que sientas lo que siempre tengo y quiero decirte:
te amo, el ayer, el mañana y todos los adverbios subsecuentes
se reducen a mi eterno hoy.
No distingo distancias
ni fechas ni condiciones
sólo te amo y ya
lo hago con el corazón ciego
lleno de dulces sabores
que se disparan como petardos
en fiestas patronales:
No soy uno, soy varios cometas pululantes
en este espacio sideral que es tus ojos
de guerrero tierno y andante
en este espacio sideral que es tu carne
mi alma y mi sangre.
Cantan mis canciones. Cada una de ellas
como un coro de Eros
alientan a las estrellas
a que toquen tu ventana, tu barda y tu azotea:
si escuchas algo diferente al ruido
de las llantas sobre el asfalto
habrás dado con esa caja de música que es mi cielo
habrás encontrado el regalo más inmenso
que se equipara a mi enamorado corazón.
martes, 10 de febrero de 2009
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