Acaricio esta pluma
en señal de que deseo ver
un cometa o tu sonrisa
y así apropiármelos, hacerlos míos
amuleto que me mantiene caliente
el café que no tomo de día
porque no necesito perder el sueño.
Miro las estrellas:
ellas también tiemblan corazones
igual que la osadía
de mis letras.
Saldré a buscarte
o mejor aún
zambulliré mi cuerpo en éter
para ver si ahí te veo.
(Está demás decir que te quiero
y que ilógicamente
te espero).
lunes, 23 de febrero de 2009
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