Ah, la vida:
esos foquitos rojos
que se enredan en los árboles
esas lunas de plata
que me cuelgo en las laterales
esas musas en gasa
que emite tu cigarro
para dejar ir las ideas
y permitir que otras se instalen
esos pasos en la azotea
de los gatos callejeros
que me despiertan a ver si tu nombre
está en mi almohada
si tiene frío o si quiere que le cuente un cuento
estos silencios
a veces mortales, otras eróticos
y muchas veces tiernos
estas manos, tus manos
que corren juntas bailando las huellas digitales
que el otro dejó como asertijo del momento
estos días, más de un año
en el que mi vida es más tranquila
y no hay ogros que me quiten el encanto
estas faldas, estos pantalones
mis botas de los dieciséis
cantándote versos en punto del sereno...
Ay, amor, esta vida
es la que mejor se acomoda a mis caderas
a la que de entre todas las que me ha tocado
jamás le pondría un pero:
esta vida es sencilla y luz
porque así eres tú
y la vida así de feliz es tu espejo.
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