Por ser el último de febrero
el mes en que más veces
he puesto mi mano derecha
sobre la misticidad de tus valientes ojos
reclino mi cabeza entre tantos recuerdos
los que tracé por tí
a pesar de que no estuvieras para verlos.
Intento hallar la manera
de componer el poema más bello
que te haga entender que la fiesta
no son estas letras
si no el amor que sin querer
hiciste que sintiera por tí
dentro muy dentro.
Por ser un sábado con luz parecida a tu sol
pero con el viento helado y lento
veo transcurrir las horas
para entrar en el mes más sagrado:
Amarylis llega,
tu habrás soñado
con que tus pasos ahora se renuevan
en 365 días más.
Por ser el último de febrero
te evoco, te invoco y te pongo mis manos
a grito alzado:
apuesto que podrías
desafiar las leyes de la física
pero nunca
las de mi corazón.
sábado, 28 de febrero de 2009
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