A eso de las cuatro
arrullo en los treinta grados
ese beso que espero
emerja de tus labios.
Hijo de Neptuno,
yo imploro a tu padre
que un día de estos
navegues por este mar de luz
el mar de besos
que por amor a tu nombre
mi sangre convertí en eso
el día que decidí
prestarle oídos a mi corazón.
A eso de las cuatro
arrullo en los treinta grados
ese beso que espero
emerja de tus neptunianos labios...
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