Como una pasita
encantada, feliz y risueña
que llora chispitas de ternura
esté con ella el Sol
le acaricie la Luna;
Así se ve la faz
de estas letras su dueña
cada vez que le escribe amores
a ese nombre de cuatro sílabas
a ese cúmulo de primores
a ese niño tierno, a ese guerrero bueno,
a ese hombre, a ese hombre...
Y como si a su príncipe azul encontrara
esta mujer canta sola, sola canta
amanece y besa lo inmenso
que es en la sonrisa de aquél su gracia
y permanece inquieta, inquieta paloma en la ventana,
como respondiente del corazón que la alberga
y le manda letras para que en el aroma de las rosas
su hombre pueda descifrarla.
Así se oye el canto de la niña-hembra
así sus letras, así sus faldas
cada vez que le escribe amores
a ese nombre de cuatro sílabas
a ese cúmulo de primores
a ese niño tierno, a ese guerrero bueno,
a ese hombre, a ese hombre...
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