sábado, 7 de febrero de 2009

La buena excusa

Que si las calles cerradas
que si las marías pidiendo limosna
y nadie les da nada;
que si el cine con el esquizofrénico a lado mío
que si semáforos descompuestos
sombreros de ala ancha
que las sombras de los carros hacen
y yo sólo veo.

Todo es una buena excusa para llorar
de cansancio
angustia o desesperanza;
tal vez por eso soy tan adicta a tu sustancia:
eres lo único maravilloso en mi mundo
que me hace llorar de añoranza
amor, esperanza
eres el ser que me hace llorar,
tal vez, como en los años cincuenta,
(y que ninguno de los dos vivimos
pero nos hacemos una idea de conjunto).

De felicidad.

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