Allúviame,
cielo en el cenit de mi alma
que por ti he formado
otra raíz verbal.
Te dibujé un páramo
y tú lo llenaste de madreselvas que no mueren
tú lo convertiste en el edén de tu voz nominal.
Y porque te sé creador de milagros
el poseedor del latido
de mi otrora dormido corazón,
Allúviame besos, alma mía
date cuenta que eres mi clorofila.
Date cuenta que eres mi sol.
domingo, 1 de febrero de 2009
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