domingo, 1 de febrero de 2009

No soy... soy yo.

No soy
la chica típica
que dice te quiero
si le regalas un mall entero
y le prometes una master card.

Tampoco soy
una masoquista que por placer
invoca besos
ni una sádica que tira versos
sólo por hacer a un hombre suspirar.

Soy yo, la que te ama
a su manera y con su encanto
la que escribe notas que a otros les da espanto
la que es única por ser honesta
la que tiene el corazón bien puesto
y donde tiene que estar:

Ahí, donde tus colinas se vuelven mis líneas
donde tu voz es mi cítara grecolatina
donde tu alma es la razón de mi amar.

Soy yo, la mujer que aprende a serlo
mientras evoca tu nombre en el sereno
(y el resto del día
sólo para decir que mi corazón
lo ama
y sin duda alguna,
lo volvería a amar).

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