"Derriba tres momias
y bájate unos tonos".
Lo haría si tuviera trece años
y un historial repleto de mercantilismo.
Pero resulta que tengo veintiséis
y sólo tengo este amor por el mismo
del que sólo quiero oír su voz.
"Derriba tres momias
y bájate unos tonos".
Yo no quiero bajar nada
acaso las estrellas para comprarme
un boleto con destino donde su luz
un boleto donde su corazón.
Un boleto donde con él
estoy segura
que existe Dios.
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