Te escribo en el difuso mar de la oficina
lo que parecía un telegrama
y resultó ser la esencia del día
mis horas, mi pan diario
mi clóset armado de vestidos para ti
rey de los huracanes buenos de ámbar.
Y no digo algo nuevo pero sí
mi microhistoria -diría un académico- renovada
por arte de la magia de un no sé qué tuyo
pero siempre niño, siempre fiero
siempre hombre y dios
siempre amado mío:
ENVUELTA ESTOY/ DE TUS BESOS/ AMOR// Y NO HAY GUÍA QUE IRRUMPA TU DISCURSO EN LA DERMIS PROBADO/ NI TESIS QUE SIN TU AMOR VALGA LA RABIA FIERA/ CON LA QUE TE ESPERO HOY// ABIERTA A TI/ LA LLUVIA ASTEROIDAL QUE PERPETÚA/ ESTA INCANDESCENCIA INCESANTE/ QUE TE SELLA HASTA VOLVERLE EL SONIDO AL SILENCIO ENSALIVADO//
miércoles, 26 de marzo de 2014
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