Pero Brahma habría de dar
su brazo de amor
a los fuertes.
Junto a los cuatro elementos
están
nuestros corazones ahítos de magia:
Me besas y crece mi alma
te beso y sé que sonríe tu espíritu.
Como un brazo te he rodeado
el día anterior a esta madrugada
y también la noche anterior
a la primera vez que te miré
y a aquella en que fui tuya enteramente
y también antes de saltar a la jaula
que abriste tú, mi sol
cuando aceptaste mi credo y me liberaste.
Entonces no omnes moriar
dirán nuestros cuerpos al finalizar el día
no valemos por la dermis
sino por el rostro de nuestra alma unida.
No trascienden nuestros huesos
no la palabra multiplicada hasta el fin de los tiempos.
Trasciende un único latido
y es el tuyo y es el mío
adorando lo divino
pues somos dioses con esta intención abierta
de fusionarnos más allá
de todo razonamiento.
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