Estás ahí y me escuchas
me dejas que te interrogue
no me castigas ni me aplaudes.
Eres un misterio que prefiero nombrarlo Misericordia Divina.
Hoy no me dirás por qué la niña ama
y no puede.
No te lo pido. Un polvo de cosmos nunca pide explicaciones.
Vengo a pedirte por su manto.
Es joven, la dejaste viva.
Alguna respuesta darás
y yo no necesitaré verla.
No pido este poema para mí.
No pido escribir más por esta noche
excepto si puedo hacer
que ella despierte
en el otro lado de su existencia.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario