Que
la larga carretera
dé
cuenta y fe
de
todo cuanto a ti yo expongo
iniciando
por la fe y el amor
hasta
llegar a mi sexo
donde
todo latido se humedece
para
que fecundes la alegría.
Que
la larga ciudad
la
infinita ciudad que te acaricia y me abraza
resuene
a la tarde
los
signos que no atesoraré para darte
porque
el todo está a ti entregado
y
la acción en cada beso se renueva.
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