Eres carne florida acribillando al mundo
con la virtud a tope bebiendo risa.
Eres el trueno que da favores a las ojeras
cuando la lógica apunta a la negación de la alegría.
Eres el rastro que busco bajo la tierra
y encuentro instalado en Japón esquina con Venus.
Eres el astro que nadie nombró
porque jugando a esconderte estabas entretenido.
Eres un zafari que se sueña zafiro [y lo consigue]
justo cuando tu boca se come mi boca.
Eres canción de marzo y triduo de albures
eres misa de gallo, tú mismo.
Eres lo que bendice a mi cuerpo al entregarme a tu arbitrio
y lo que bendice mi espíritu cuando tu espíritu arde.
Eres los textos imposibles colocados en sinfonía.
También eres mi amor y lo que más extraño
pero me parece que ya lo sabes
y por eso, el poema a la causa.
martes, 11 de marzo de 2014
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