amor
sabiendo que después de la corteza
está siempre la gloria.
Hemos escrito nuestros verdaderos nombres
en la sal de dios arrojada a los mares serenos
secretos
y en el óxido de una botella verdeazul
por donde caminan nuestros besos peces.
Nuestros bellos peces.
Hemos pronunciado...
me tomaste de la mano
y me enseñaste a respirar
me enseñas a amar.
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