Abriré mi palma para acomodar
el signo vivo de tu beso,
tu yema palpitante
la ley de tu dios
salpicándome estrellas nuevas.
No quiero otro lunar
mas que tu fuego ardiendo
en el centro de mi mano.
Sea la mácula divina de tu amor
mi cáliz reservado
a venerar la paz de tu corazón.
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