martes, 11 de marzo de 2014

Demasiado pura para oír
la desgracia del mundo.

Lavada con tu agua estoy
agua verdadera
agua de sal y también de lava
y de fauces de una bestia
y de amor, que al fin
es el círculo que comprende a todo esto

incluyendo tus manos
tu barba que acaricia rompiendo mis poros
tu pelo traído de la luna
tu tiempo lento tu tiempo que ríe
del mío que es difícil y necio

Sumergida en tu océano me observo
demasiado pura
y soy capaz
de oír las formas de luz y aire
como si fuera la primera vez que vivo
y es cierto.

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