martes, 25 de marzo de 2014

Abalorios

Cuéntame, niño no la sombra
el maizal de las hijas del sol
bailando como la primavera.

Cuéntame, hombre los rituales de un código postal
situado en el clítoris
a la espera de tu húmeda misiva.

Cuéntame, amigo los países
rescatados de la efervescencia del instante.

Cuéntame, señor y dios los planetas
su celeste canto
su forma de nudo de luz en la garganta universal
de una mujer enamorada

como yo.

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