domingo, 3 de enero de 2010

Acuse de recibido

Recibí tus besos a medianoche;
ninguno nos dijimos nada
(es que tenemos antenas en el corazón
y por eso el sentimiento nos guía)
y los dos supimos que firmé el acuse con mis yemas
de luna llena blanca.

Resulta que ellos tienen magia:
en el lecho se vuelven flores
y en agua saben a limonada.
En la tierra son zapote
y en el viento se dispersan como perfume
a las dos de la mañana.

Recibí tus besos a medianoche
y las espadas de luz invernal
platicaron de días violetas
entre la paz de mis montañas.

No hay comentarios: