Amanecí pensándome un gusano
ser humano sin aspiraciones a crecer
en la vida de la vida de los otros,
aborto social y mental de mi raza.
Ya no lloro porque no tiene caso
trazo líneas para mostrarme ante mis ojos
la border girl que siempre he sido:
ni normal ni suicida,
ni guerrera impulsiva ni servidora de la pretensión.
Sigo con mis entrañas cantando bajito.
De que se llega a algún lugar, no hay duda;
eso es indiscutible
alrededor de la mesa lapidada
con flores, rosarios y cantos de extraño
por uno que otro humano con corazón.
miércoles, 20 de enero de 2010
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