Soy la brevedad de un cervatillo
para expresar lo que me incendias
(llámese ternura, agobio de ausencia,
paz de noche alterna, llanura de pasión
entre los valles de mi campo).
Quizás dentro de poco aprenda
a controlar palabras como los otros lo hacen.
Pero hoy no.
Celebremos el privilegio de mi lengua llena de flores
esas que sembraste un día
cuando apareciste por mi oscura eternidad
de mujer olvidada por dios.
miércoles, 20 de enero de 2010
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