No es un honor para mí
tomar conciencia de la combinación que hay entre mis ojos
y el horizonte a través del cual Horus se abre paso cada día
pegada siempre de tu nombre,
asida siempre de los desiertos existentes
en los caminitos de tus manos
de las cuales imagino que antes de nacer
y puesto que nací después de tí
pude caminar y enamorarme de tu esencia.
No, no es un honor.
Es una función de primigenia vida
es el viento divino del día
el tic-tac que reconozco
me hace falta para vivir una y otra y otra vez.
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