Si creyésemos en las palabras
de los plásticos sabios de moda
-conocidos como motivadores personales-
entonces sería bueno aceptar
que siempre hay una razón
para abrazar la vida como viene, sol del invierno de mis ojos.
Por ponerte un ejemplo,
estás tú en mi vida.
Eso ni la lava de mil volcanes histéricos
o la desaparición de una galaxia enferma y tacaña
lo borran de mi memoria atemporal.
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