viernes, 22 de enero de 2010

Hubo nubes

Hubo nubes
sensuales
esta mañana:
los primeros naranjas y toronjiles
de enero
se desnudaron frente a mi miopía en stand by.

Hubo demasiado derroche de lava celeste.
Abrí mis manos y derramé mi nombre adrede
ordené que en ese mar de aire
navegara tu nombre
para que al reconocerte el viento
abrazara tu cuerpo.

Giré la cabeza:
había demasiados labios que no eran los tuyos,
demasiadas manos sin ansiedad.

Cerré los ojos,
grité tu nombre hacia mis entrañas;
reapareciste como cada día lo haces
desde que te conozco.

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