Salió la espuma del mar
y toda la furia solitaria
que me acompañaba mi apelativo
se fue con ella.
Se fue la espuma de la mar
y todo el dolor
es ahora un objeto observable a distancia.
Se fue la espuma del mar
y éste sigue su curso
arrullando un beso de luz sempiterna
en la inmediación de la noche con su barca de plata.
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