No agradezco la miseria humana
su mezquindad
sus proyectos HAARP de destrucción masiva
y su inmisericorde New Age.
Sí agradezco sentirte cerca
de mi parcialmente ingenua vida,
saberte humano,
reconocerte mi estrella,
aceptarte acreedor de mi estadía
mi alegría y mi sonrisa de ojos oscuros,
identificarte necio y espontáneo,
hombre y niño,
fulgor y chubasco,
dualidad de signo duodécimo
en este siglo de caos y tremor.
Mi inspiración para escribirte a destajo,
los dedos entrelazados a tu nombre
y con la mirada apuntado al cielo que eres
enmedio de tanto marasmo
y tanto dolor.
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