Mi tosquedad no suplanta este amor apache,
hermana de aire y pluma al viento.
Tú me miras como la grossa Mona Lisa,
yo te observo como la muñequita de porcelana
que jamás tuvimos ninguna de las dos.
También eres mi mujer maravilla
que bufa cansancio
y cura a los enfermos con el poder de sus manos chiquitas
con el calor de su frente de alemana buena onda.
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