Encriptaré este caminito de savia con carta-corazón dentro
que me corre por los parénquimes
de mis hojas muertas
y las nacituras.
Demostraré que el silencio es el mejor aliado
para soledades de amor y sin fin como la mía
apostaré mi voz nasal y mis labios partidos
al status quo de mi corazón.
Ensartaré la aguja de la persistencia de tu imagen en mi crónica azul
justo al centro del lunar rojo del tablero:
correrá lava y amor al instante,
lavaré con sus químicos tu rostro
y lo pondré en mi altar sereno de medio día adormilada.
Estropearé la imaginación y los mundos paralelos
me quedaré esperando por un guiño
a la hora de comer vida en el día y por la madrugada...
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